Rolls-Royce, emblema indiscutible de elegancia y distinción, ha traspasado una vez más las fronteras del lujo con una creación que fusiona arte, ingeniería y sofisticación: el Rolls-Royce Chessboard, el tablero de ajedrez más exclusivo del mundo.
Este juego, que «exuda elegancia» en cada detalle, cuesta más que un automóvil promedio, reafirmando el compromiso de la marca con lo excepcional.
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Lejos de ser un simple entretenimiento, esta pieza representa la culminación de la filosofía de la firma británica, donde la artesanía y la innovación convergen para crear objetos que trascienden su función. Con un diseño futurista y materiales de la más alta calidad, el ajedrez de Rolls-Royce no es solo un juego, sino una obra de arte coleccionable.
El tablero de ajedrez de Rolls-Royce es un testimonio de la meticulosidad que caracteriza a la firma. Cada componente ha sido seleccionado y elaborado con los mismos criterios de excelencia que sus legendarios automóviles.
Fabricadas en aluminio revestido de cerámica, las piezas combinan ligereza y resistencia, con un acabado que evoca la brillantez del metal pulido. Sus formas esculturales y minimalistas no solo destacan por su estética, sino también por su funcionalidad: cada una incorpora un sistema magnético que las mantiene perfectamente alineadas en el tablero, evitando desplazamientos accidentales. Según la marca, su diseño evoca deliberadamente los registros de órgano de metal sólido de los vehículos Rolls-Royce, un guiño ingenioso a su herencia automotriz.
La superficie del juego está confeccionada con chapa de madera cortada a láser, garantizando un patrón perfectamente simétrico. Cada casilla proviene de la misma pieza de madera, asegurando que el grano envejezca de manera uniforme con el tiempo. La base, forrada en cuero premium (disponible en 13 colores distintos), es el mismo material que adorna los interiores de sus automóviles, ofreciendo una textura sublime al tacto.
En un gesto característico de la marca, el tablero incluye cajones ocultos que albergan una pieza de «Reina» adicional, lista para reemplazar cualquier peón promovido durante la partida. Además, el icónico Espíritu del Éxtasis —emblema de Rolls-Royce— aparece discretamente grabado en los extremos del tablero, sellando su autenticidad.
Al igual que sus vehículos, este ajedrez está diseñado para ser único. Cada unidad se fabrica bajo pedido, permitiendo a los coleccionistas elegir entre:
* 4 combinaciones distintas de chapas de madera.
* 13 tonalidades de cuero para el compartimento de las piezas.
* Acabados pulidos a mano que reflejan la artesanía superior de la marca.
Esta capacidad de adaptación transforma cada juego en una extensión del estilo personal de su dueño, ideal para integrarse en espacios donde el lujo es una declaración de identidad.
Rolls-Royce ha optado por mantener el precio bajo la clásica fórmula de «consultar por disponibilidad», un indicio claro de que su valor supera con creces el de un automóvil convencional. Si consideramos que su arcón para bebidas Cellarette se comercializó en $55,000 dólares, es probable que este ajedrez se posicione en una categoría similar, si no superior.
Su exclusividad no radica solo en el costo, sino en su concepción como pieza de arte funcional. No es un producto masivo, sino una inversión tangible en el legado de Rolls-Royce, destinado a coleccionistas que buscan posesiones tan extraordinarias como sus propios vehículos.
Este lanzamiento no es un experimento aislado, sino parte de una estrategia que explora el lujo más allá de los automóviles. Con este ajedrez, la marca demuestra que su capacidad para innovar abarca cualquier objeto que encarne sus valores: precisión, artesanía y exclusividad.
El juego, en sí mismo, es una metáfora de la filosofía de la compañía: cada movimiento debe ser calculado, cada detalle debe ser impecable, y el resultado final debe ser una obra maestra atemporal.
Rolls-Royce ha logrado transformar un juego milenario en un objeto de deseo contemporáneo. Este tablero desafía las expectativas en diseño y funcionalidad y redefine lo que significa poseer un artículo de lujo en el siglo XXI.
Para aquellos que buscan lo extraordinario, esta creación no es simplemente un juego, sino un legado. Una pieza que, como los automóviles de la marca, trasciende su función para convertirse en un símbolo de estatus, buen gusto y maestría artesanal.
Y en este caso, el jaque mate no es una derrota, sino el triunfo de la elegancia sobre lo ordinario. Después de todo, en el mundo de Rolls-Royce, el lujo no tiene límites.
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