La Super Bowl más vista de la historia. Es la frase que resume el impacto social y económico de la edición 58 del evento anual más esperado del mundo del deporte. La final entre los Kansas City Chiefs y los San Francisco 49ers, y todo lo que la rodeó, conectó con un número nunca visto de espectadores, dejando una estela brillante de reécords y protagonistas.
El encuentro, junto al show de Usher en el que también deslumbró Alicia Keys, registró un hito en términos de audiencia. Los 123.4 millones de espectadores en Estados Unidos establecen un nuevo récord, con un crecimiento del 7 % respecto a la anterior edición.
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Sólo el alunizaje del Apolo 11, en 1969, tuvo una audiencia mayor en Estados Unidos, estimada entre 125 millones y 150 millones de espectadores.
La cifra abarca todas las plataformas, incluido el streaming, donde según Paramount también se alcanzaron números históricos. En este sentido, cabe señalar que la retransmisión abarcó tres vías:
Según cifras de Nielsen, al menos 202.4 millones de espectadores conectaron con el evento en algún momento, un 10 % por encima del año anterior.
Parte de ese notable salto en audiencia puede atribuirse al público latino. Los espectadores de Univision alcanzaron los 2.2 millones, según cifras publicadas por San Diego Tribune. Es el número más alto desde que se transmite el evento en habla hispana (año 2014).
Los anuncios son otro elemento clave en la retransmisión de la Super Bowl. Las marcas ponen sus mejores ideas y ejecuciones para hacer valer su espacio, por el que han invertido cantidades astronómicas. En concreto, US$7 millones por cada 30 segundos.
Los 70 anuncios ya estaban vendidos en noviembre de 2023, según la propia CBS.
Los comerciales tuvieron protagonistas de altos vuelos. Es el caso de Beyoncé (Verizon), David y Victoria Beckham (Uber Eats), Jenna Ortega (Doritos) y Anthony Hopkins (SToK Cold Brew Coffee). También de Leo Messi, que por su participación en el anuncio de la cerveza Michelob Ultra ingresó US$14 millones, según el New York Times.
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Es difícil precisar cuánto del récord de audiencia es atribuible a la figura de Taylor Swift, pero su influencia es innegable. La artista, pareja sentimental de la estrella de los Chiefs Travis Kelce, viajó en avión privado desde Tokio, donde actuó la noche anterior, para estar presente en el Allegiant Stadium de Las Vegas, atrayendo gran parte de la atención de todo el planeta.
La cantante ha presenciado en vivo 13 encuentros de la NFL, incluida la Super Bowl. El balance es de 10 triunfos para los Chiefs, por lo que se ha granjeado la fama de amuleto.
Anécdotas aparte, Swift se ha convertido en un impulso al negocio de la franquicia de Kansas City y de toda la NFL. Tras su primera aparición en un estadio, el 24 de septiembre, las ventas de la camiseta con el 87 de Kelce se dispararon un 400 % de forma casi instantánea.
Según un estudio realizado en enero por Apex Marketing Group y recogido por Sporting News, Swift ha generado a los Chiefs unos ingresos añadidos de más de US$331 millones en merchandising y presencia de marca. Además, el 45 % de los encuestados por Adtaxi afirmaron que Swift ha influido en su interés por la NFL, un dato que va en crecimiento.
Así, la final de conferencia disputada entre los Chiefs y los Baltimore Ravens (alrededor de 55.5 millones de espectacores en EE.UU., con un pico de 64 millones). La Super Bowl también fijó un récord absoluto.
Todo, teniendo en cuenta que las apariciones de Swift, en muchos encuentros, apenas alcanzan el minuto dentro de retransmisiones que superan las 3 horas.
Dentro del terreno de juego, Patrick Mahomes volvió a ser el gran protagonista de un encuentro que deja un dato económico llamativo. La diferencia salarial entre los dos líderes ofensivos de Chiefs y 49ers, los quarterbacks (QB), es de más de US$44 millones anuales.
Mahomes, que conquistó su tercer MVP, tiene un contrato de US$45 millones anuales, mientras que, enfrente, Brock Purdy no alcanza el millón.
El QB de los 49ers llegó a la liga en 2022, elegido en la última posición del draft (séptima ronda, número 262) y recibiendo el tradicional apodo de «Mr Irrelevant» asignado a los que cierran las elecciones. Por tanto, conserva el contrato con el que se estrenó en la NFL, y que mantendrá al menos una temporada más e a pesar de haberse hecho un hueco entre los mejores jugadores de la competición.
Según las normas de la NFL, Purdy no es elegible para una extensión de contrato hasta que finalice la próxima campaña.
El notable nivel de Purdy en su primera Super Bowl hizo que la brecha de US$44 millones en los contratos no fuese tal sobre el terreno de juego, si bien el inmenso talento de Mahomes terminó liderando a los Chiefs a su segundo título consecutivo.
Borja Santamaría
Ohtani-Rahm, los dos mayores contratos de la historia del deporte
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