(Entrevista)Paquito D’Rivera en el Cabarete Jazz Fest 2025: Un ícono en escena

Para Paquito D’Rivera, el jazz no es solo un género musical; es una forma de vida, un lenguaje universal que ha moldeado su existencia desde la infancia. Virtuoso del saxofón y el clarinete, compositor y escritor, el cubano, conocido cariñosamente como «Paq-Man» entre sus amigos, es una figura icónica en el jazz latino y la música clásica.

En el marco del Cabarete Jazz Fest 2025, que se llevará a cabo en el Pampillonia Sea Garden, un exclusivo jardín privado frente al mar, rodeado de palmeras y naturaleza, conversamos con el artista para profundizar en su trayectoria, sus influencias y su visión sobre el poder de la música.

El jazz como pasión desde la niñez

Para D’Rivera, el amor por el jazz comenzó con un disco. «Mi padre, saxofonista de formación clásica, trajo a casa el famoso álbum de Benny Goodman en el Carnegie Hall (1938). Desde entonces, quedé fascinado», recuerda. Aquel concierto histórico, con solos improvisados de figuras como Gene Krupa, Lionel Hampton y Teddy Wilson, sembró en él el sueño de convertirse en músico.

«No pasa un día sin que improvise, incluso de manera automática», confiesa. Esa espontaneidad, mezclada con disciplina, lo llevó a Nueva York, donde forjó una carrera que lo ha consagrado como uno de los grandes del jazz latino.

Fusión de géneros: jazz, clásica y raíces afrocubanas

D’Rivera es un puente entre mundos sonoros. Su padre, aunque inclinado hacia la música académica, también admiraba a Lester Young, Duke Ellington y Stan Getz. Esa dualidad marcó su estilo: «No por ser cubano debo limitarme a lo afrocubano. Me apasiona la música brasileña, el tango, el huapango, el merengue y, por supuesto, el bebop», explica.

Su versatilidad le ha permitido colaborar con artistas de distintos géneros, desde Yo-Yo Ma y Celia Cruz hasta Dizzy Gillespie y Michel Camilo. «Una de mis colaboraciones más entrañables fue con el saxofonista dominicano Mario Rivera, un gran amigo desde que llegué a Nueva York», destaca. Además, recuerda con cariño su vínculo con República Dominicana, donde se presentó en La Voz Dominicana en los años 50 y, décadas después, grabó un concierto con la Orquesta Sinfónica de Londres dirigida por José Antonio Molina.

La música como diplomacia

D’Rivera cree firmemente en el poder de la música para unir. «Artistas como Louis Armstrong y Dizzy Gillespie fueron embajadores de buena voluntad», señala. Sin embargo, advierte sobre quienes instrumentalizan el arte: «Algunos músicos, por conveniencia, defienden lo indefendible. Eso es traicionar el espíritu de la música».

Para él, el jazz es un reflejo de la diversidad cultural. «Nuestro continente, desde México hasta la Patagonia, es un tesoro de ritmos que enriquecen el jazz, una música cosmopolita», afirma.

Consejos para las nuevas generaciones

A los jóvenes que desean incursionar en el jazz o la música instrumental, D’Rivera les recomienda: «Exploren nuestras raíces, pero también abran sus oídos a otras culturas. La autenticidad no está en repetir fórmulas, sino en crear con libertad».

Su mensaje final es claro: «El jazz es libertad, improvisación y respeto por la tradición. Si lo vives con pasión, la música te llevará a lugares increíbles».

Con más de seis décadas de carrera, Paquito D’Rivera sigue siendo un faro en el jazz, demostrando que la verdadera música no tiene fronteras.

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