El vino Miquel Jané Masía Cal Costas es una auténtica obra maestra que captura la esencia y el espíritu del Alt Penedès, una prestigiosa región vinícola situada en Cataluña, España. Este vino no solo es una delicia para los sentidos, sino también una invitación a disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
A lo largo de este artículo, exploraremos su rica historia, sus características únicas, su minucioso proceso de elaboración, las recomendaciones de maridaje y los prestigiosos premios que ha recibido, consolidándolo como una verdadera joya en el mundo de los vinos.
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La bodega Miquel Jané se distingue por su larga y rica historia que data de finales del siglo XIX. Esta empresa familiar, ubicada en la región del Alt Penedès, ha sido testigo del paso de cuatro generaciones, cada una de ellas aportando su pasión, conocimiento y dedicación a la creación de vinos de alta calidad.
La finca Cal Costas, donde se cultivan las uvas para este vino en particular, es un reflejo del carácter único de la región. Esta finca está situada en una llanura expuesta a los vientos y con suelos pobres, una combinación que, paradójicamente, favorece la concentración de polifenoles en las uvas, lo que a su vez resulta en un vino robusto y de gran complejidad.
La interacción entre el terruño y la tradición familiar es clave para entender la singularidad de los vinos que produce Miquel Jané.
El Miquel Jané Masía Cal Costas destaca por sus características sensoriales, que ofrecen una experiencia completa tanto en vista, como en nariz y en boca.
Este vino tinto presenta una capa media, con tonalidades que recuerdan a la cereza madura, un signo claro de su potencial de guarda y buena evolución en la botella. La intensidad de su color es solo una introducción a la complejidad que este vino ofrece.
En nariz, el Miquel Jané Masía Cal Costas despliega una compleja combinación de aromas que hablan de su crianza y su origen. Se pueden percibir sutiles notas de madera y vainilla, consecuencia de su paso por barricas, que se complementan armoniosamente con intensos aromas a frutas rojas muy maduras y delicadas notas herbáceas propias del sotobosque mediterráneo.
La experiencia en boca es igualmente cautivadora. El tanino, redondeado y pulido, ofrece una textura sedosa, mientras que la integración entre la fruta y la madera es impecable. El resultado es un vino equilibrado y de gran persistencia, que deja una huella memorable en el paladar.
El éxito del Miquel Jané Masía Cal Costas no es casualidad, sino el resultado de un meticuloso proceso de elaboración que combina técnicas tradicionales con innovaciones modernas, siempre con un enfoque en la calidad.
La recolección de las uvas se realiza de madrugada y de manera mecánica, lo que permite preservar la frescura y las características aromáticas de las mismas. Este cuidadoso método asegura que las uvas lleguen en óptimas condiciones a la bodega.
Antes de la fermentación, se lleva a cabo una maceración pre-fermentativa en frío durante un día. Este paso tiene como objetivo extraer al máximo los aromas frutales de las uvas, contribuyendo a la complejidad aromática del vino.
El proceso de fermentación se extiende durante 12 a 15 días, dependiendo de la añada, y se realiza en depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada. Esta fase es clave para desarrollar la estructura y los sabores del vino.
Una vez finalizada la fermentación, el vino pasa entre 9 y 12 meses en barricas de roble francés y americano, lo que le aporta matices especiados y tostados. Posteriormente, se realiza una crianza en botella de al menos seis meses, permitiendo que el vino termine de afinarse y alcanzar su equilibrio final.
El Miquel Jané Masía Cal Costas es un vino versátil que marida perfectamente con una amplia variedad de platos, tanto de la cocina mediterránea como de la cocina internacional. Algunas opciones recomendadas incluyen:
Costillas de cordero a la brasa: La riqueza del cordero encuentra un perfecto equilibrio en la estructura y los taninos del vino.
Xató: Un plato tradicional catalán que resalta los sabores del vino con su mezcla de ingredientes frescos y salados.
Embutidos y quesos curados de oveja: La intensidad de los embutidos y quesos se complementa maravillosamente con la complejidad del vino.
Picadillo de la Cerdanya: Los sabores robustos de este plato típico encuentran un perfecto equilibrio en la suavidad y profundidad del vino.
Carne de caza: Las notas de frutas maduras y el tanino refinado del vino armonizan a la perfección con platos de caza, realzando la experiencia gustativa.
El Miquel Jané Masía Cal Costas ha sido galardonado en diversas competiciones internacionales, consolidando su reputación como un vino de alta calidad. Entre sus logros más destacados se encuentra la medalla de plata obtenida en los Decanter World Wine Awards 2014, un reconocimiento que pone de manifiesto el esfuerzo y dedicación que la bodega Miquel Jané invierte en cada botella. Este premio, otorgado por uno de los certámenes más prestigiosos del mundo del vino, refuerza la posición de este vino en el panorama internacional.
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