Este documental no pudo estar mejor titulado. Y es que plasma de principio a fin la odisea que representó para Britney llevar el apellido Spears. Este nuevo documental producido por Netflix, Britney vs Spears, promete develar los detalles del caso legal para terminar el abuso de tutela y promete hacerle justicia a su título: la lucha contra las evidentes injusticias que le ocasionó su familia por un control su carrera y finanzas.
Definitivamente hay mucha tela que cortar, por la lucha femenina de la libertad, pero vamos a enfocarnos en un en especial. Con un audio que circuló públicamente desde 2009, Netflix le hizo la introducción al documental cuyas palabras le dan un nuevo ángulo al caso:
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“Hola, mi nombre es Britney Spears. Llamé hace rato y llamo de nuevo porque quiero asegurarme de que durante el proceso de eliminación de la tutela”, narra el trailer, mientras que el voicemail con fecha del 21 de enero de 2009 continúa: “con la que mi padre me ha amenazado varias veces antes con quitarme a mis hijos. Sólo quiero que me garanticen que todo estará bien con ese proceso (de eliminación), y que ustedes se ocuparán de todo. Que las cosas seguirán igual en lo que respecta a mi tiempo de custodia. Eso es todo, adiós”, así continúan los tres mensajes de voz de Britney hacia un abogado involucrado en los inicios del caso.
La fuerza que hay en esos audios pone de manifiesto todo lo que verás en el documental. En los otros dos habla sobre estar “chantajeada con la visita de mis hijos… Estoy confinada, restringida y despojada de mis derechos civiles”, y uno más donde hace la petición de tener un abogado que la represente, perdieron peso mediático después de que se les declaró como falsos. Hoy, Netflix y un equipo de investigadores especializados ha probado lo contrario.
Es importante que tengas en cuenta su historial antes de comenzar a ver el documental. Entre esos aspectos, está su crisis del 2005 y 2006 cuando vivió un momento de estrés generado por dos embarazos, un divorció en 2007 y la presión de sus empresas multimillonarias, manejado como un erróneo desbalance mental. Luego vino la peor jugada, a inicios de 2008 se hizo un diagnóstico falso, pero positivo para los medios, sobre una hospitalización de la artista. Un momento en el que estaba siendo engañada y manipulada por su círculo cercano.
La única solución “legal” al tema para poder salir del centro médico, pero que la llevaría a vivir una vida controlada: una tutela en donde se apuntó a su padre como responsable. El fácil acceso a ese control llevó a una extensa red de tratos anticonstitucionales de la vida privada y personal de Britney Spears, obligándola a aceptar esas condiciones con las amenazas de quitarle la custodia de sus dos hijos.
En la actualidad, son muchas las mujeres que están sufriendo un control o acoso extremo por parte de sus tutores. Casos sin resolver que en las sociedad occidental evoca un fantasma de esclavitud y sometimiento, que transgrede la vida, con un alto costo en la salud mental.
Para los que están enterados del tema, ya no será nada nuevo (por lo menos hasta ahora). Mostrará una recapitulación de lo que hemos visto desde hace años, pero hay algo muy importante en todo esto: Al estar respaldado por Netflix, agranda y valida cada segundo de él. Britney Vs. Spears explicará detalladamente todo lo que hemos hablado hasta hoy (spoiler alert):
En paralelo a esta decisión de Britney, la red social Facebook ha decidio colar un informe publicado en el Wall Street Journal, que devela los efectos nocivos que tienen las redes sociales un un gran porcentaje de usuarios, sobre todo mujeres jóvenes. Días antes Lana del Rey también cerró su cuenta y la lista de celebridades que han decidido darse una pausa para poner primero su salud mental sigue: Lorde, Lizzo, Cardi B., Ariana Grande, Millie Bobby Brown, Taylor Swift, Lena Dunham, Rihanna, Kendall Jenner, Daisy Ridley… claro está muchas de estas celebridades ya han regresado.
Pero, ¿por qué ellas sufren más la presión del constante escrutinio de las redes? La respuesta podría estar en un informe interno elaborado por Facebook, propietaria también de Instagram. Y la letra pequeña de este informe es demoledora: «Los adolescentes culpan a Instagram del creciente impacto de la ansiedad y la depresión«. Y no solo eso. Entre los adolescentes que han tenido pensamientos suicidas, un seis por ciento de usuarios norteamericanos y un 13 por ciento de ingleses explican que su origen estuvo en la red social.
Pero, además, los documentos sufren el escrutinio de una manera particular y que Instagram puede ser, como afirma el Wall Street Journal, «tóxico para ellas». Los documentos incluyen un estudio que afirma que «empeora los problemas de imagen corporal de una de cada tres adolescentes». Las conclusiones del estudio apuntan sobre todo a Instagram, por ser la red social en la que las «comparaciones sociales son peores» derivando en problemas de imagen corporal o desórdenes alimenticios, pero también en trastornos de depresión y ansiedad. «Varios aspectos de Instagram crean la tormenta perfecta», argumenta uno de los investigadores en los documentos filtrados por el diario.
Hasta la fecha se ha querido restar importancia al estudio, pero lo cierto es que esto sigue pasando y la baja de las estrellas, solo deja una huella de algo que es mundial y en todos los niveles.(KR)
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