Diseño disruptivo y sostenibilidad: La fórmula del Karma Amaris - Revista Mercado

Diseño disruptivo y sostenibilidad: La fórmula del Karma Amaris

Por | abril 9, 2025

La industria automotriz avanza hacia la electrificación con pasos acelerados, y Karma Automotive intenta posicionarse como un actor relevante en este mercado. Sin embargo, su estrategia se ha basado más en anuncios que en productos concretos.

De los seis modelos prometidos, solo uno ha llegado a producción. El último en sumarse a esta lista de prototipos es el Karma Amaris, un coupé eléctrico de autonomía extendida que deslumbra en diseño pero deja dudas sobre su viabilidad comercial.

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Un diseño que busca dejar huella

El Amaris sigue la estética marcada por su hermano conceptual, el Karma Kaveya, bajo el lenguaje de diseño «Comet Line», que la marca describe como una firma visual distintiva. Su silueta se caracteriza por una línea fluida que nace en el frontal esculpido, recorre el capó en forma de concha y desciende hacia una zaga ancha y musculosa.

Los detalles no pasan desapercibidos: llantas forjadas de 22 pulgadas, un escape lateral de inspiración clásica y las emblemáticas «puertas de cisne», que se elevan en un movimiento teatral para facilitar el acceso a un habitáculo que, por ahora, permanece en secreto.

La parte trasera incorpora un alerón pasante, no solo como elemento estético, sino para optimizar la aerodinámica y aportar mayor estabilidad a altas velocidades.

Tecnología y rendimiento

Bajo su carrocería de fibra de carbono y aluminio, el Amaris utiliza una plataforma evolucionada del Karma Revero, basada en un chasis espacial de aluminio. Lo más interesante es su sistema de propulsión: un EREV (Vehículo Eléctrico de Autonomía Extendida), que combina un tren motriz eléctrico con un motor turboalimentado de cuatro cilindros que actúa como generador.

Según la marca, este esquema le permitiría alcanzar 0 a 100 km/h en menos de 3,5 segundos y una velocidad máxima de 265 km/h, cifras propias de un superdeportivo. Sin embargo, al tratarse de un prototipo, estas especificaciones podrían variar si el modelo llega a producción.

Sostenibilidad y exclusividad

Karma busca diferenciarse no solo por su desempeño, sino también por su enfoque en eficiencia energética. El sistema EREV permite circular en modo 100% eléctrico durante distancias cortas, mientras que el motor de combustión ofrece la posibilidad de viajes largos sin depender exclusivamente de la carga.

Además, el uso de materiales ligeros como fibra de carbono y aluminio reduce el peso y mejora la eficiencia, aunque también encarece su fabricación. Esto refuerza su posicionamiento como un vehículo exclusivo y de alta gama, dirigido a un público que valora tanto el lujo como la innovación tecnológica.

Imagen: karmaautomotive.com

La gran incógnita: ¿Llegará a producirse?

El mayor desafío para Karma no es el diseño ni la tecnología, sino su capacidad de producción. La marca ha acumulado una larga lista de conceptos —como el SC2, el GT y el Kaveya— que aún no han visto la luz. El Revero GT es el único modelo disponible, lo que genera escepticismo sobre el futuro del Amaris.

Otro factor clave será el precio, aún no revelado. Dada su tecnología y materiales, es probable que se ubique en un segmento premium, compitiendo con marcas consolidadas como Tesla, Lucid o Porsche. Sin una red de producción robusta y una estrategia comercial clara, el Amaris podría quedarse en otro prototipo más del portfolio de Karma.

Entre el deseo y la realidad

El Karma Amaris es, sin duda, un ejercicio de diseño y tecnología ambicioso. Su estética llamativa, su sistema de propulsión híbrido-eléctrico y su enfoque en exclusividad lo convierten en un proyecto seductor. Sin embargo, en un mercado cada vez más competitivo, las promesas no son suficientes.

Karma Automotive necesita demostrar que puede trasladar sus conceptos a la realidad y competir con gigantes que ya dominan el sector de los eléctricos. De lo contrario, el Amaris podría ser recordado como otro «qué pudo haber sido» en la historia de la automoción.

Mientras tanto, los entusiastas del motor solo pueden esperar (y preguntarse) si esta vez Karma cumplirá su palabra.

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