En el exclusivo mundo de las restauraciones automotrices, donde cada detalle marca la diferencia entre un simple auto viejo y una pieza de colección, el Chevrolet Corvette ocupa un lugar privilegiado.
Con más de siete décadas de historia, este ícono estadounidense ha dejado una huella imborrable en la cultura automotriz. Sin embargo, entre la gran cantidad de unidades que aún circulan, algunas destacan no solo por su conservación, sino por su transformación radical.
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Este es el caso del Corvette 1960 restaurado por County Corvette, un taller especializado que ha logrado combinar la esencia clásica del vehículo con las prestaciones de un deportivo moderno.
Ubicado en West Chester, Pensilvania, County Corvette se ha consolidado como un referente en la restauración y modificación de estos legendarios autos. Su enfoque no se limita a devolverles su aspecto original, sino que busca potenciar su rendimiento y comodidad mediante actualizaciones técnicas. El ejemplar en cuestión es un claro ejemplo de esta filosofía.
Partiendo de un Corvette 1960 en condiciones deplorables, el equipo del taller emprendió un proceso de reconstrucción integral.
En lugar de apegarse a las especificaciones de fábrica, optaron por un enfoque más ambicioso: sustituir el chasis original por uno de Street Shop, reconocido por integrar sistemas de suspensión de generaciones posteriores del Corvette, desde el C4 hasta el C7.
Este cambio no solo mejora la estabilidad, sino que incorpora dirección de piñón y cremallera y suspensión trasera independiente, eliminando las limitaciones del antiguo eje rígido y la caja de dirección de bolas recirculantes.
Bajo el capó, el motor original fue reemplazado por un V8 LS3 de 6.2 litros, equipado con un árbol de levas de mayor agresividad. Según County Corvette, esta configuración rinde aproximadamente 495 caballos de fuerza, una cifra que supera con creces las capacidades del bloque pequeño de Chevrolet de los años 60.
La potencia se transmise a través de una caja automática 4L60E de cuatro velocidades, garantizando una conducción suave y reactiva.
Para complementar estas mejoras, el vehículo cuenta con amortiguadores coilover QA1, ajustables en su totalidad, y un sistema de frenos de disco Wilwood en las cuatro ruedas. Estas actualizaciones no solo elevan el desempeño, sino que también incrementan la seguridad, un aspecto que en los autos clásicos suele quedar en un segundo plano.
Aunque las modificaciones mecánicas son impresionantes, el trabajo estético no se queda atrás. La carrocería luce un intenso tono Brandywine de House of Kolor, realzado con festones en blanco roto, una combinación que evoca elegancia sin caer en lo ostentoso.
El interior, por su parte, es una muestra de artesanía automotriz. Tapizado completamente en cuero marrón silla de montar, incluye detalles en el color de la carrocería y costuras a juego, creando una atmósfera sofisticada y cohesionada.
La cabina también incorpora elementos modernos, como un sistema multimedia Pioneer con pantalla táctil, cámara de reversa y aire acondicionado Vintage Air, fusionando comodidades actuales con el encanto retro.
Actualmente, este Corvette está siendo subastado a través de SBX Cars, donde la oferta más alta ronda los US$250,000. Sin embargo, al cierre de esta edición, el precio de reserva aún no había sido alcanzado, lo que sugiere que el valor final podría ser significativamente mayor.
Este proyecto demuestra que la restauración de autos clásicos no tiene por qué limitarse a la nostalgia. County Corvette ha logrado crear un vehículo que conserva el alma del Corvette original, pero con capacidades superiores a las de muchos deportivos modernos.
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