El pasado febrero, el empresario, aristócrata y aventurero Álvaro de Marichalar arribó a la República Dominicana, cumpliendo en aquel momento una nueva etapa de su vuelta al mundo en moto acuática. Una travesía que realiza con motivo del quinto centenario de la primera circunnavegación del planeta, liderada por Magallanes y Elcano.
Navegante del siglo XXI, con los pies en tierra y el alma decantada hacia la mar, De Marichalar se desenvuelve entre olas conquistando récord tras récord. Dedica a su afición dos meses al año; el resto del tiempo, ejerce como empresario.
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No en vano, lleva veinte años creando empresas relacionadas con el mundo de las telecomunicaciones. Así, en 1985 fundó TeleSat, compañía pionera en la venta de antenas parabólicas.
De Marichalar proviene de una familia castellana. Su padre es el octavo conde de Ripalda. La primera vez que experimentó la llamada del mar fue en América. «Lo primero que hice fue dar la vuelta a una pequeña isla y enseguida tuve la sensación de relación total con la mar», recuerda. «El agua saltaba sobre mí… Pensé que un día cruzaría el Atlántico en esa embarcación».
A partir de entonces, su enlace con el mar ha marcado su vida y es en esa tesitura que cabalgando sobre su moto acuática llegó a playa Catuano, en la isla Saona, procedente de Puerto Rico, después de enfrentar olas de entre cuatro y cinco metros de altura en el canal de la Mona.
El trayecto lo cubrió en cerca de ocho horas, completamente solo en su moto acuática de tres metros de eslora, bautizada «Numancia».
Tras de su arribo a isla Saona, De Marichalar realizó varias actividades sociales en RD antes de continuar el viaje rumbo a Haití.
El aventurero zarpó de Sevilla (España) el 10 de agosto pasado y en las primeras etapas dio una vuelta a toda la costa de la península Ibérica. El 10 de diciembre emprendió la travesía del Atlántico, partiendo desde Gibraltar, y arribó el 25 de diciembre a Guadalupe, en las Antillas francesas.
Luego cruzará el canal de Panamá, viajará hacia Alaska, posteriormente bordeará Asia y regresará
a España a través del Mediterráneo.
En total, suma 35 expediciones marítimas que figuran que le han llevado a encabezar numerosas conferencias para narrar sus hazañas como navegante. Sin embargo, siempre ha tratado de mantener un perfil bajo y alejado, por completo, del foco mediático, pese a su condición aristocrática y a la notoriedad de sus emprendimientos y aventuras oceánicas.
Con silueta de dandi romántico, él se sigue definiendo a sí mismo como una persona “apasionada por sentir la vida y dedicar mi ocio a mi gran pasión: navegar”.
Reportaje publicado en la edición de enero de revista Mercado
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