El Departamento de Justicia (DJ) de Puerto Rico ha tomado una medida sin precedentes al presentar una demanda contra Instagram y su empresa matriz, Meta Platforms. Según la denuncia, las plataformas exponen a los menores a contenidos perjudiciales y tecnologías adictivas, lo que representa un grave riesgo para la salud mental y el bienestar de los usuarios más jóvenes.
La demanda, presentada en el Tribunal Superior de San Juan, surge de una extensa investigación realizada por la Oficina de Asuntos Monopolísticos (OAM) del DJ. El secretario de Justicia, Domingo Emanuelli, declaró que las compañías han fallado en implementar controles adecuados para regular el contenido que diseminan y que, además, diseñan sus plataformas con conocimiento de que estas inducen a los adolescentes a altos niveles de ansiedad y depresión. “Esta demanda marca un hito en la protección de nuestros menores frente a las prácticas perjudiciales de las redes sociales”, afirmó Emanuelli.
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Entre las acusaciones, se destaca que Instagram y Meta explotan las vulnerabilidades neurológicas de los menores para fomentar un uso excesivo y compulsivo de sus plataformas. Estas prácticas, según el DJ, contribuyen a una epidemia de problemas de salud mental entre los adolescentes, incluyendo depresión, insomnio y angustia emocional.
Los hallazgos de la investigación son particularmente preocupantes en el contexto de Puerto Rico. Según el DJ, aproximadamente el 75.9 % de los usuarios de Instagram en la isla son menores de edad. Además, en 2021, más del 36 % de los estudiantes de secundaria reportaron episodios de angustia mental, una cifra que podría estar relacionada con el uso excesivo de las redes sociales.
La situación se agrava debido a las limitaciones en la moderación de contenido en español. Según la demanda, el nivel de regulación de Meta para el contenido en este idioma es significativamente inferior al de su contenido en inglés. Esto deja a los menores en Puerto Rico más expuestos a materiales inapropiados y perjudiciales.
La demanda también subraya la negligencia de Instagram y Meta al manejar los riesgos asociados con adultos depredadores. Las plataformas no han tomado medidas efectivas para advertir a los padres ni para contrarrestar el problema. Esto coloca a los menores en una posición de mayor vulnerabilidad.
El contenido de naturaleza sexual y delictiva también es una preocupación. La falta de controles adecuados permite que este tipo de material sea accesible para los menores, lo que genera una crisis de seguridad digital. Según el DJ, estas fallas demuestran un desinterés por parte de las compañías en priorizar el bienestar de sus usuarios.
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Numerosos estudios han establecido una relación entre el uso excesivo de redes sociales y problemas de salud mental. Informes presentados ante los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) vinculan estas plataformas con depresión, ansiedad e insomnio. Además, el uso excesivo de redes sociales interfiere con la educación y las relaciones cotidianas, generando un impacto negativo en la vida de los jóvenes.
El DJ busca cambios significativos en las prácticas comerciales de Meta e Instagram, además de la restitución por los daños ocasionados. La demanda también exige que las compañías implementen medidas más estrictas para proteger a los menores y garantizar que sus plataformas sean seguras.
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Este caso no es un hecho aislado. En los últimos años, las redes sociales han enfrentado un escrutinio creciente a nivel global por sus efectos negativos en la salud mental de los adolescentes. Sin embargo, la situación en Puerto Rico destaca la importancia de adaptar las políticas y medidas de protección a contextos específicos, como el idioma y las particularidades culturales.
Emanuelli destacó que esta acción legal busca no solo la reparación de daños, sino también sentar un precedente para proteger a futuras generaciones. La demanda también pone de relieve la necesidad de una regulación más estricta de las redes sociales, que contemple sus implicaciones psicológicas y sociales.
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A medida que la tecnología sigue avanzando, el equilibrio entre la innovación y la protección del usuario será clave para el futuro de las plataformas digitales. Este caso podría ser un catalizador para una regulación más estricta y un mayor enfoque en la responsabilidad corporativa.
Mientras tanto, padres, educadores y gobiernos deben trabajar juntos para educar a los jóvenes sobre el uso saludable de las redes sociales. La construcción de un entorno digital seguro es un esfuerzo colectivo que requiere la participación de todos los actores involucrados.
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