Nuevo código penal en RD: La apuesta de Abinader para frenar la inseguridad - Revista Mercado

Nuevo código penal en RD: La apuesta de Abinader para frenar la inseguridad

Por | junio 24, 2025

El gobierno dominicano ha puesto en marcha una iniciativa clave para modernizar el sistema penal del país. El presidente Luis Abinader ha urgido al Congreso Nacional a aprobar un nuevo Código Penal que refuerce las sanciones contra los delitos más graves, en respuesta a una demanda social creciente por mayor seguridad y justicia. Esta propuesta busca reemplazar una legislación considerada obsoleta, incapaz de enfrentar los desafíos del crimen organizado y las nuevas formas de delincuencia.

Un sistema penal anclado en el pasado

El actual Código Penal dominicano, vigente desde 1884, ha demostrado ser insuficiente para combatir delitos complejos como el crimen organizado, la corrupción sistémica y la violencia de género. Su estructura, basada en principios del derecho decimonónico, carece de herramientas eficaces para procesar fenómenos criminales modernos, lo que ha generado un creciente descontento social.

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El gobierno sostiene que la laxitud de las penas y los procedimientos judiciales lentos han contribuido a altos índices de impunidad. Según datos oficiales, solo un porcentaje mínimo de los casos denunciados culmina en condenas efectivas, lo que alimenta la desconfianza ciudadana en las instituciones.

Los pilares de la reforma

El proyecto de reforma plantea cambios significativos en tres ejes fundamentales:

  1. Sanciones más rigurosas
    Se propone incrementar las penas para delitos graves como feminicidios, abuso infantil, sicariato y corrupción pública. El objetivo es establecer consecuencias proporcionales a la gravedad de los crímenes, actuando como un mecanismo disuasorio.

  2. Combate al crimen organizado
    La nueva legislación incluiría instrumentos legales para perseguir estructuras criminales sofisticadas, como el narcotráfico, el lavado de activos y la ciberdelincuencia. Esto permitiría a las autoridades actuar con mayor agilidad en investigaciones complejas.

  3. Agilización de procesos judiciales
    Uno de los mayores reclamos de la sociedad es la lentitud de la justicia. La reforma busca optimizar los procedimientos, reduciendo la congestión en los tribunales y garantizando respuestas más eficientes.

El debate legislativo: Un camino lleno de obstáculos

Aunque la necesidad de una reforma penal es ampliamente reconocida, el proceso no ha estado exento de controversias. Durante más de dos décadas, distintos proyectos han quedado estancados en el Congreso debido a disputas políticas y diferencias ideológicas.

Uno de los temas más polémicos ha sido la inclusión de las tres causales del aborto, un punto que enfrenta a sectores conservadores y progresistas. Estos desacuerdos han retrasado la aprobación de una normativa que, en términos generales, cuenta con amplio respaldo social.

El gobierno ha hecho un llamado urgente a los legisladores para que prioricen el debate y logren un consenso antes del 26 de julio, fecha en que concluye el período ordinario de sesiones. De no alcanzarse un acuerdo, el proyecto podría quedar nuevamente en el limbo legislativo, perpetuando un sistema que muchos consideran injusto e ineficaz.

La impunidad como motor de la criminalidad

Uno de los argumentos centrales de la administración de Abinader es que la debilidad del sistema judicial fomenta la reincidencia delictiva. La Procuradora General de la República, Yeni Berenice Reynoso, ha advertido que la falta de consecuencias reales para los infractores alimenta un ciclo de violencia e inseguridad.

Estadísticas recientes revelan que, en delitos como el robo agravado y el tráfico de drogas, las tasas de reincidencia superan el 40 %. Esto refleja no solo fallas en el sistema penitenciario, sino también en la capacidad del Estado para aplicar sanciones ejemplarizantes.

Una oportunidad histórica

La aprobación del nuevo Código Penal representaría un avance significativo en la consolidación del Estado de derecho en República Dominicana. Sin embargo, su éxito dependerá de la capacidad de los legisladores para superar diferencias partidistas y priorizar el interés nacional.

Si el proyecto logra concretarse, el país contaría con un instrumento legal más robusto, capaz de responder a las demandas de una sociedad que exige justicia y seguridad. De lo contrario, el sistema seguirá operando bajo normas anacrónicas, perpetuando un modelo que ya ha demostrado ser insuficiente.

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