Gabriela Llanos, apasionada comunicadora con una amplia trayectoria en el periodismo, ha dado un giro inspirador a su carrera con su podcast “Punto y coma por la vida”. En este espacio, la autora de “Viejo Caserón de San Telmo” y “Cuando fuimos inmortales”, entre otros, comparte historias y reflexiones que invitan a la introspección y al crecimiento personal.
En tu amplia trayectoria profesional has incursionado en diversos campos como la escritura, el periodismo, la docencia y la comunicación efectiva. ¿Cómo ha sido este viaje y qué aprendizajes has obtenido de cada experiencia que te han permitido convertirte en la profesional integral que eres hoy en día?
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Gabriela Llanos: He tenido la suerte de descubrir mi vocación muy joven; eso allana bastante el camino. Decía mi padre: “ningún viento es a favor de quien no sabe a dónde va”. Yo siempre supe que quería dedicarme a contar historias, reales en el periodismo, inventadas en los cuentos y novelas. La docencia sí fue todo un descubrimiento: pensé que no tendría paciencia y resulta que se me da muy bien. Disfruto mucho las clases, conecto con la gente. Debe ser gracias la curiosidad propia del escritor.
Además de tu faceta como escritora, eres una reconocida periodista que ha trabajado en importantes medios de comunicación. ¿Qué te apasiona del periodismo y cuál consideras que es el rol fundamental que este juega en la sociedad actual?
Gabriela Llanos: En este momento el periodismo vive un momento complicado, ya no sólo por el intrusismo en nuestro oficio (ahora cualquier transeúnte con un teléfono en la mano es un reportero) sino por la cultura de la inmediatez. Vivimos tiempos en donde todo debe ser rápido, masticable, llano, digerible… A mi me gusta el periodismo literario, el que cuenta historias desde todos sus vertices, el que profundiza en los temas y, especialmente, el que cumple las tres reglas principales ante una noticia: verificar, verificar y verificar.
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“Punto y coma de la vida” se ha convertido en un espacio de reflexión y crecimiento personal para miles de personas. ¿Cómo surgió la idea de crear este podcast y qué te motivó a hacerlo?
Gabriela Llanos: Soy una gran consumidora de podcasts, creo que son el presente y el futuro de los contenidos audiovisuales. Cada vez son menos los espectadores de la televisión generalista que, evidentemente, ya no conecta con las nuevas generaciones. “Punto y coma de la vida” es un espacio de entrevistas en torno a esas pausas (más largas que una coma, más cortas que un punto) que nos tomamos para pensar y recalcular nuestro camino.
¿Cuál ha sido el episodio que más te ha marcado hasta ahora y por qué? ¿Qué experiencias o aprendizajes relevantes te dejó?
GL: Cada episodio está siendo una sorpresa, incluso con aquellos entrevistados con los que tengo una relación mucho más cercana. Me han contado todo tipo de historias cuando les pregunto por el punto y coma de sus vidas.
Me han hablado de depresiones, de accidentes, separaciones, hijos, cambios de profesión, mudanzas, traiciones… Cada charla es diferente en contenido, en tono y en atmósfera.
¿Cuáles son tus planes a futuro para el podcast? ¿Tienes en mente nuevas ideas o formatos para seguir enriqueciendo el contenido y la experiencia de tus oyentes?
GL: Regresaré a Madrid en junio para grabar nuevos episodios con diferentes invitados. Además de escritores voy a entrevistar cantantes, actores, científicos, políticos… Me encantaría hacer algún episodio abierto al público, por supuesto, en Santo Domingo. Y, claro, este año seguiré promocionando mi más reciente novela “Cuando fuimos inmortales”, editada por Plaza & Janes.
Para finalizar, ¿qué mensaje o consejo te gustaría compartir con las personas que te siguen y admiran tu trabajo? ¿Qué valores o principios consideras fundamentales para alcanzar el éxito personal y profesional?
Gabriela Llanos: Pienso que es muy importante tener un plan (otra frase de mi padre: “cuando no tienes un plan entras en el de los demás”) y asumirlo con disciplina. He visto a mucha gente talentosa quedarse a medio camino mientras otra, quizá menos preparada pero más disciplinada, consigue cumplir sus objetivos. Creo que sin obsesionarse ni compararse, debemos trabajarnos nuestra mejor versión porque como sigamos fomentando eso de fluir y fluir… Y si me permites, me gustaría decirle a los jóvenes que lean, que entrenen las sensibilidad por el arte y la cultura. La pandemia nos demostró que allí precisamente, en los libros, el cine, la música, está la felicidad.
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