El Global Soft Power Index (GSPI), desarrollado por la consultora Brand Finance, es una de las herramientas más importantes para medir la influencia internacional de los países a través del soft power o «poder blando». A diferencia del poder militar o económico, el poder blando se basa en la capacidad de los países para influir en otros mediante la cultura, la diplomacia, la sostenibilidad, los valores y las relaciones internacionales. En un mundo cada vez más globalizado, esta forma de influencia es crucial para la reputación y el posicionamiento de los países en el escenario mundial.
El índice de 2024 se basa en una encuesta realizada a más de 170,000 personas en más de 100 países, evaluando las percepciones sobre los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas.
Contexto global: los países más influyentes
En la edición de 2024 del GSPI, Estados Unidos, Reino Unido y China emergen como los líderes globales en poder blando, manteniendo su presencia dominante en áreas clave como la cultura, la diplomacia y la innovación. Estos países no solo cuentan con vastos recursos económicos y militares, sino que han logrado posicionarse en la mente global como ejemplos de influencia cultural y diplomática.
Estados Unidos encabeza la lista con 78.8 puntos sobre 100. Su capacidad para proyectar poder blando está vinculada a su dominio en la cultura popular, la tecnología, la educación, y su papel central en la diplomacia global.
Reino Unido ocupa el segundo lugar con 71.8 puntos, destacándose por su herencia cultural, su sistema educativo de renombre mundial y su capacidad para ejercer influencia en círculos diplomáticos internacionales.
China, en tercer lugar con 71.2 puntos, ha incrementado su influencia a través de iniciativas como la Ruta de la Seda, así como por su creciente presencia en sectores como la tecnología y la innovación.
Japón y Alemania completan el top 5, con 70.6 y 69.8 puntos respectivamente, ambos reconocidos por su fuerte industria tecnológica, cultura rica y activa participación en el comercio global.
Influencia en América Latina
En el contexto latinoamericano, los países que lideran en el índice de poder blando son Brasil, Argentina y México. Estas naciones han logrado destacarse en áreas específicas que contribuyen a su influencia en la región y más allá, aunque sus puntuaciones reflejan que aún tienen desafíos importantes para mejorar su posicionamiento en comparación con otras regiones del mundo.
Brasil, con 48.8 puntos, ocupa el puesto 31 en el ranking mundial. Se destaca por su compromiso con la sostenibilidad y su rol como potencia regional, siendo un actor clave en foros internacionales y en la protección del medio ambiente.
Su imagen internacional se ve fortalecida por su capacidad para ayudar a países necesitados y por sus esfuerzos en la protección del medio ambiente. También se reconoce su facilidad de comunicación, siendo un país multilingüe y abierto a la cooperación global.
Argentina, con 45 puntos y en el puesto 38 globalmente, sobresale en áreas como la tecnología e innovación, impulsadas por sus avances científicos y educativos. El país es hogar de importantes desarrollos científicos y tiene un creciente ecosistema de startups tecnológicas, lo que refuerza su capacidad de influir a través de la innovación.
México, con 44 puntos y en el lugar 41, ha fortalecido su influencia a través de líderes admirados internacionalmente y su presencia en círculos diplomáticos de alto nivel. La presencia de líderes admirados internacionalmente, junto con su tradición en los círculos diplomáticos, ha sido clave para su poder blando. Su participación en organismos internacionales, como la ONU, y su liderazgo en temas globales han elevado su perfil diplomático.
Desafíos para América Latina
El informe señala que, a pesar de las fortalezas en áreas como la cultura y la sostenibilidad, los países latinoamericanos enfrentan retos significativos en los pilares más influyentes del GSPI: gobernanza, educación y ciencia, y negocios y comercio. Estos son aspectos clave para mejorar su posicionamiento a nivel global.
Gobernanza: Los países de la región no siempre son percibidos como modelos de estabilidad política o transparencia. La mejora de las instituciones y la lucha contra la corrupción son cruciales para aumentar su poder blando.
Educación y Ciencia: Aunque países como Argentina muestran avances en innovación, en general, la región no ha sido tradicionalmente vista como un líder global en educación superior o investigación científica.
Negocios y Comercio: Mientras que la región tiene economías importantes, la percepción sobre la facilidad de hacer negocios y la estabilidad económica en América Latina aún presenta desafíos. Mejorar las condiciones para la inversión extranjera y fortalecer las políticas comerciales puede elevar su perfil global.