El jardinero que nunca fue multimillonario: En un giro tan inesperado como intrigante, la fortuna de 12.000 millones de euros que pertenecía al heredero de Hermès, Nicolas Puech, ha desaparecido misteriosamente, dejando a su jardinero y ahora hijo adoptivo sin la prometida herencia. La historia, que parece sacada de una novela, ha capturado la atención de muchos, no solo por la magnitud de la riqueza involucrada, sino también por la inesperada serie de acontecimientos que llevaron a su pérdida.
Nicolas Puech, miembro de una de las familias más emblemáticas del lujo francés, había decidido en diciembre de 2023 adoptar a su jardinero, un hombre de 50 años, con la intención de legarle toda su fortuna. Puech, quien poseía seis millones de acciones de Hermès, se destacaba como el principal accionista de la empresa, superando incluso a sus propios familiares. Sin embargo, lo que parecía ser una historia conmovedora de generosidad, tomó un rumbo insólito cuando se reveló que la millonaria fortuna había desaparecido sin dejar rastro.
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Las acusaciones apuntan directamente a Eric Freymond, el exasesor financiero de Puech, a quien el heredero había otorgado el control total de sus cuentas y la gestión de su fortuna. Puech presentó tres demandas en 2023 ante la justicia de Ginebra, acusando a Freymond de ser el responsable de la desaparición de sus bienes. No obstante, el tribunal desestimó las acusaciones, alegando que Puech había firmado los documentos con pleno conocimiento y que no había indicios de mala gestión o fraude.
La historia no termina aquí. El misterio de la fortuna perdida tiene un capítulo aún más sorprendente que involucra al magnate Bernard Arnault, fundador del grupo LVMH y uno de los hombres más ricos del mundo. En 2014, Arnault intentó adquirir Hermès, una movida que causó tensiones dentro de la familia Puech. A pesar de la oposición de la mayoría del clan, Nicolas estuvo dispuesto a permitir la entrada de Arnault en el accionariado, lo que fue visto como una traición familiar. Aunque Arnault finalmente desistió de la compra, las acciones de Puech quedaron en una nebulosa, y su paradero nunca fue aclarado.
Hoy, la historia de Nicolas Puech y su jardinero sirve como un recordatorio de que incluso las fortunas más grandes pueden desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos. El heredero que quiso cambiar la vida de su jardinero adoptivo ahora enfrenta una realidad en la que ni él ni su hijo adoptivo tienen la fortuna que alguna vez estuvo al alcance de sus manos.
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