El ‘micromanaging’ o microgestión se caracteriza por la desconexión de los empleados de sus funciones, debido a que promueve muchas veces de manera involuntaria, por los gerentes de las empresas, un entorno de trabajo disfuncional y hostil. Este método provoca que los empleados inviertan tiempo, pero no esfuerzo o creatividad en el trabajo en el que se les asigna. Por su parte, el líder tiene la necesidad de querer controlar de cerca el trabajo que realizan sus empleados y, por lo tanto, se concede una importancia excesiva a los detalles.
Esta obsesión excesiva con la mayoría de los detalles por parte de los gerentes causa un fracaso directo de la gestión en la capacidad de centrarse en los detalles principales.
Desde el punto de vista del gerente, se puede definir como una persona que, muy probablemente, solo está buscando alcanzar los mejores resultados posibles, evitar que se cometan errores y transmitir sus conocimientos. De manera general, su intención es buena, pero su método no lo es, ya que las consecuencias de su forma de gerenciar son contrarias a lo que persigue, obstaculizando la productividad y creando un ambiente de trabajo desmotivador.
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En la práctica, los ‘micromanagers’ pueden hacer cosas como: cuestionar constantemente cualquier decisión o propuesta de los miembros de su equipo e inspeccionar pequeñas acciones o incluso sentarse con sus colaboradores para supervisar de cerca su trabajo.
En la gestión empresarial, el “micromanagement” es un estilo de gestión basado en la observación y el control excesivo de un gerente hacia los trabajos o funciones de sus subordinados. Por lo general, la microgestión tiene una connotación negativa, principalmente porque muestra una falta de libertad y confianza en el lugar de trabajo.
Los efectos de este fenómeno son peores en situaciones en las que el trabajo se pasa de un empleado especializado a otro. En tal situación, la apatía entre los empleados ascendentes afecta no solo a su propia productividad, sino también a la de sus colegas posteriores y como resultado lacera la gestión del gerente.
Evitar el ‘micromanaging’ es una forma de acercarse y mostrar confianza hacia los empleados. De esta forma puedes hacer que tu equipo esté satisfecho, con buen humor, más productivo y creativo.
Esta práctica por simple que parezca puede llegar a afectar la salud mental y física del colaborador a causa del estrés. En consecuencia, pone en riesgo la productividad del equipo, al generar un entorno pesado e ineficiente, en el que todo el personal se hace dependiente del micromanager. A continuación, te compartimos cuatro estrategias efectivas que puedes implementar para evitar ser un micromanager:
Por Celeste Pérez
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