Sacar el máximo rendimiento de un equipo es una de los grandes objetivos de un CEO. La comunicación juega un papel fundamental en ese camino. Entender las ilusiones, motivaciones y problemáticas que impulsan y afectan a cada miembro del grupo es básico para conseguir que den su 100 %. Para ello, el director de orquesta debe aplicar una competencia clave: la «escucha generosa».
El concepto está desarrollado por Vuslat Dogan Sabanici, artista y filántropa turca que creó la Fundación Vuslat en 2020 para avanzar en proyectos relacionados con la «escucha generosa». El concepto engloba cuestiones individuales y medioambientales, pero también apunta directamente al ámbito laboral. «La interacción, la dedicación y el compromiso por el trabajo sólo pueden surgir cuando compañeros y líderes forjan una conexión genuina«, desarrolla en un artículo publicado por el Foro Económico Mundial.
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La «escucha generosa» tiene la llave para abrir la puerta esa conexión. ¿En qué consiste? «Es llegar detrás de las palabras y conectar tanto con la mente como con el corazón», define de manera general Sabanici. Para lograrlo, hay seis pilares básicos que deben manejar ambos interlocutores:
Pese a que pueden parecer, sobre el papel, puntos lógicos par encarar una conversación en profundidad, la «escucha generosa» puede resultar un reto atendiendo a los estilos de liderazgo tradicionales en una empresa. «Muchos estamos acostumbrados a un liderazgo que comunica en una sola dirección, a través de mensajes claros y expresiones que fomentan, más que la escucha, la respuesta afirmativa», apunta Sabanici.
Con los nuevos modelos de trabajo surgidos en los últimos años e impulsados por la pandemia, y la mentalidad cambiante de la sociedad, los modelos tradicionales de gestión de equipos viven una época de cuestionamiento. Corrientes como la gran renuncia o realidades como el síndorme boreout son cada vez más generalizadas, demostrando que lo que hace años valía, empieza a resultar insuficiente.
En este sentido, la «Encuesta Global de Actitudes de Beneficios 2022» de WTW, consultora experta en gestión de talento, arrojaba datos valiosos para entender cómo se sienten los empleados en grandes y medianas empresas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México.
El 45 % de los encuestados planeaba renunciar o se mostraba abierto a dar el paso si se presentaba la oportunidad. La segunda razón más esgrimida para hacerlo era la intención de «avanzar en la carrera», y la cuarta, «aprender nuevas habilidades». Dos aspectos estrechamente ligados con la motivación.
Para profundizar: Satisfacción laboral: factores clave para conservar el talento en una empresa
La «escucha generosa» puede ser una herramienta eficaz para detectar ese sentimiento y encontrar una solución que permita al empleado recuperar su energía. Es una forma de que se sienta importante.
Para conseguirlo, Sabanici fija cuatro claves que deben acompañarte como líder a la hora de practicar la «escucha generosa»:
Es habitual que mientras escuchamos a una persona, vayamos formulando en nuestra mente cómo vamos a responder a lo que está diciendo. Es un error, afecta a nuestro enfoque y no nos permite captar lo que nos está diciendo y lo que hay detrás de sus palabras. Elimina distracciones y pensamientos previos, simplemente escucha.
Sabanici explica que esta práctica implica «ver el mundo a través de los ojos de la otra persona para entender sus pensamientos y sentimientos». Los prejuicios empujan en la dirección contraria e implican que la conversación «tienda a chocar contra un muro», provocando que los interlocutores se pongan «a la defensiva» y terminen «desistiendo».
«¿Por qué no empezar la conversación con la página en blanco y ofreciendo comprensión?», se pregunta. «Te sorprenderá comprobar que todos tenemos experiencias y trazos comunes».
Todos somos diferentes, tenemos vivencias y conocimientos distintos. Por eso, escuchar a otra persona es una oportunidad para enriquecernos. Enfócate en crear una conexión con tu interlocutor que te permita extraer todo el potencial de la conversación.
Interrumpir al interlocutor ataca frontalmente a los tres puntos anteriores. Puede crear un clima tenso, en el que tu empleado se sienta minusvalorado y poco escuchado. Intenta evitarlo salvo que sea estrictamente necesario.
Borja Santamaría
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