Hoy, especialmente después de la pandemia (o en el proceso de post pandemia) muchas personas se dan cuenta que su camino laboral podría merecer un cambio. Puede ser un cambio de giro, un cambio de ocupación o definitivamente un cambio de empresa.
En Estados Unidos después de “La Gran Renuncia” muchas personas posteriormente a cambiarse de trabajo sintieron “un gran arrepentimiento” porque se dieron cuenta que lo que le vendieron en su nueva empresa no era lo que escucharon en la entrevista y empezaron a valorar su antiguo trabajo incluso pensando en volver a ella.
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Harvard Business Review señala que esto se puede deber a que los responsables de la compañía vendieron a los candidatos una realidad sobre el puesto que no era tal sólo para atraerlo, y ha elaborado una lista con señales de alerta para identificar esas mentiras en el proceso de selección.
Asi que recuerda que en una entrevista de trabajo la empresa está viendo si encajas en la organización. Tú deberías hacer lo mismo, pero al revés. Debes ver si la empresa encaja contigo. Aquí unas señales que debes usar en tu próxima entrevista de trabajo.
Imprecisión: Mejor dicho, no recibir una respuesta clara cuando el candidato hace una pregunta al entrevistador. Especialmente cuando se trata de las condiciones del puesto, sus responsabilidades y los valores de la empresa. Si al hacer una pregunta se recibe respuestas que llevan a más dudas, es una clara señal que hay algo que no está claro.
Inconsistencia: Si como candidato estás en un proceso de reclutamiento donde hay varias entrevistas, siempre es buena idea hacer las mismas preguntas claves en cada entrevista buscando que los diferentes entrevistadores contesten lo mismo. El objetivo es ver si las respuestas coinciden y hacen “un match”. Ahora recuerda que cada respuesta podría tener más información que la anterior ya que se está contestando desde una diferente perspectiva.
Cambio de cuento: Si en algún momento se cambian las funciones o las condiciones de trabajo con que fuiste atraído inicialmente, ojo. Es posible que existió una exageración de las condiciones para atraer a los mejores candidatos y durante el proceso está saliendo la verdad de lo que se espera del puesto. La experiencia es que cuando pasa esto normalmente es porque no está bien definido las responsabilidades y condiciones y por ende, incluso hasta después de la contratación podría seguir variando.
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Demasiado largo el proceso: Un proceso mal concebido normalmente es muy largo. Un número excesivo de entrevistas es una buena señal de esto. Harvard señala que en promedio, un proceso de selección no debería pasar más allá de algunos meses, pero aterrizando en números más latinoamericanos donde podría existir menos burocracia que en Estados Unidos, podría decirse que más de cuatro o cinco entrevistas es excesivo. Claro, todo depende del puesto, pero en promedio ese número es un buen guía.
Te cambian la fecha muchas veces: Que una entrevista te la cambien de fecha está bien. Pero cuando ya hay más de tres reprogramaciones, dependiendo de casos específicos, podría tratarse de un proceso mal organizado. Y por ende, la empresa podría tener la misma característica (la de estar mal organizada). Además, que es una falta de respeto al tiempo de los candidatos.
Cuando hay más de dos entrevistadores: Fíjate bien como se comportan entre sí. Aprende a leer entre líneas la relación que tienen, especialmente si son representantes interdepartamentales. Trata de ver si hay alguna mirada, gesto, una crítica fuera de lugar o un comentario fuera de tono. Recuerda que una broma o risa nerviosa podría evidenciar tensiones que hay de forma interna que haga trabajar en ese ambiente un poco incómodo.
Discriminación: Esta señal podría ser o la más fácil o la más difícil de detectar ya que muchas personas ya están prevenidas con este aspecto. Pero alguna pregunta o comentario con respecto a sexo, edad, raza, religión o preferencia sexual podría resultar en comportamientos sesgados ocultos en el ambiente laboral que podría significar un mal ambiente de trabajo.
Conexión: Al final, una entrevista de trabajo no es nada más que una conversación entre una o más personas donde se habla de historia laboral, experiencias y se ve un poco más del perfil profesional y del personal. Si por alguna razón si el candidato (o candidata) está incomodo(a), hay que pensar que podría ser lo que está poniéndolo(a) incomodo(a). Si ese sentimiento se repite durante varias entrevistas entonces podría ser una señal de alerta y habría que ahondar en el por qué eso sucede.
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Fuente: Harvard Business Review + Xataka