Ya estás listo para firmar por ese préstamo que necesitas. Será esa deuda lo que te permita comprar aquel carro o aquella casa con la que soñaste, pero te embarga una duda. Te acuerdas del primo al que casi lo arruina un préstamo que tomó hace algunos años. Una de las cosas que más preocupación te generó fue darte cuenta de lo poco que él sabía sobre el compromiso que había contraído. No se sabía la talla de su camisa de 11 balas.
No te angusties. Si te enteras de estos nueve conceptos que voy a desglosarte ahora, tendrás control de tu deuda y sabrás a qué atenerte cuando asumas un compromiso que puede contribuir con el crecimiento de tu patrimonio.
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El precio del dinero, el costo más básico que tendrás que pagar por el préstamo que estás tomando. El interés compuesto representa la acumulación de intereses que se han generado en un período determinado por un capital inicial. Es aquel interés que se cobra por un crédito y al ser liquidado se acumula al capital, por lo que en la siguiente liquidación de intereses, el interés anterior forma parte del capital o base del cálculo del nuevo interés.
Perfecto, en español. Imaginemos que pedimos prestados 100 pesos a un 5 % de interés anual. Pasados 365 días debemos 105 pesos, porque se agregó el interés. Hasta ahí vamos bien. Lo que ocurre es que al segundo año, el 5 % anual no se le aplica a los 100 pesos, sino a los 105 pesos, porque el interés del año anterior pasó a convertirse en el capital sobre el cual se aplica el nuevo interés, así que pasamos a deber 110 pesos con 25 centavos. Y así sigue, como una bola de nieve.
En el ejemplo anterior tratamos un interés anual para facilitar el análisis. Sin embargo, el plazo en el cual se “recarga” la tasa es variable y hay que conocerlo, puesto que la frecuencia cambia diametralmente la naturaleza de nuestra camisa de 11 balas.
Digamos que tomamos los mismos 100 pesos, pero a un 1 % de interés mensual. Al cabo de 30 días vamos a deber 101 pesos, luego 102.01 pesos, y en tres meses serán 103.03 pesos, que no se sienten tanto si son 100 pesos. ¿Pero qué pasa cuando tomamos 100,000 pesos con esas condiciones? Debemos estar atentos.
Si la entidad financiera está esperando su cuota para el día 15 del mes y te retrasas con frecuencia hasta el día 20 porque se te olvidó o porque no te han pagado ese trabajo extra, prepárate para al menos una pérdida de puntos en tu score crediticio, lo que también pudiera convertirse en recargos, dependiendo del acuerdo que hayas hecho. Paga en el día que toca, o antes.
¡Que bueno que aún no te has desencantado! Pues mira, al funcionamiento del interés compuesto tenemos que agregarle el derecho que tu acreedor pudiera tener de aumentar la tasa, en relación a… simplemente lo que se le antoje. Si tomas un préstamo a cuatro años, tal vez debes agregar a tu planificación el hecho de que el tipo de tu crédito suba dos puntos porcentuales antes del cierre.
Al solicitar un préstamo personal, te decides a colocar tu carro en garantía para obtener mejores intereses. Es cierto que podrías vender el vehículo en 300,000 pesos, pero cuando la entidad financiera determina el valor del bien mueble, entiende vale 220,000 pesos.
Compara esto entre instituciones financieras antes de contraer una deuda. No solo los intereses son importantes, los cargos por mora pueden hacerte la vida imposible en un caso de dificultad financiera. Esto existe y seguirá existiendo, pero tu deber es enterarte.
Esta sería la antítesis de los cargos por mora. Aquí lo que ocurre es que ingresos inesperados te permiten cancelar tu préstamo antes del plazo, pero la mayoría de las entidades financieras te cobran una penalidad por hacer eso, que puede ser del 10 % del capital restante por pagar.
El castigo por el pre-pago es un mecanismo de defensa del acreedor, puesto que cuando saldas a destiempo hay intereses que tu institución financiera no va a cobrarte, que ya eran parte de su planificación de ingresos.
En tu mensualidad, además del capital e intereses, también pueden obligarte a pagar un seguro de vida, una póliza de vivienda (para las hipotecas) o una cobertura de vehículos. De que tendrás que pagarlo, es lo más probable, no obstante, he visto muchas personas que pagan dentro de su cuota una cobertura sin saberlo y, por lo tanto, no la aprovechan cuando se materializa el riesgo.
Una vez saldas, por ejemplo, una hipoteca, lo más probable es que tengas que pagar los costos legales que suponen el traslado de la propiedad formal del acreedor al antiguo deudor, que ahora es dueño. Verifica bien, puesto que algunas entidades financieras, para competir, exoneran a sus clientes de este gasto, asumiéndolo la misma institución con parte de las ganancias que obtuvo por medio de los intereses.
¿Letra pequeña? No, se trata de conceptos básicos que debes saber antes de asumir el compromiso. (por Carlos Guisarre)
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