María Artunduaga, una médica de 44 años originaria del Huila, Colombia, ha alcanzado un hito importante en el mundo de la tecnología y la salud. Desde su base en Medellín, su empresa Samay ha sido seleccionada para participar en MedTech Innovator, una de las aceleradoras más prestigiosas a nivel mundial en el sector de la salud. Este logro la convierte en la primera emprendedora colombiana en alcanzar esta distinción.
La empresa de Artunduaga, Samay, fue seleccionada entre 1,300 aplicaciones móviles de salud a nivel global, conocidas como healthtech. Estas aplicaciones utilizan la tecnología para mejorar la atención médica y el bienestar general. Paul Grand, director ejecutivo y fundador de MedTech Innovator, destacó que es la primera vez que una empresa con sede en Latinoamérica es aceptada en el programa.
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Los participantes de MedTech Innovator tendrán acceso a una plataforma de eventos durante cuatro meses, brindándoles visibilidad ante inversores, hospitales, aseguradoras y pacientes. Artunduaga reconoce que este es un avance significativo para su empresa, ya que el programa de aceleración es gratuito y no exige participación accionaria ni inversión para acceder a su red y recursos. Además, los participantes competirán por premios mensuales, con un total de $800,000 dólares en incentivos.
La historia de Artunduaga está marcada por desafíos personales y profesionales. Inicialmente, soñaba con convertirse en cirujana plástica y estudió en la Universidad Javeriana de Bogotá. Sin embargo, la vida la llevó a Estados Unidos hace 17 años, donde enfrentó obstáculos y la pérdida de su abuela Sylvia, quien padecía Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Este doloroso episodio sembró la semilla que más tarde germinaría en la creación de Samay.
Impulsada por el deseo de ayudar a quienes sufren problemas respiratorios, Artunduaga desarrolló Sylvee, un dispositivo portátil patentado y asistido por inteligencia artificial (IA). Este dispositivo cuantifica la función pulmonar las 24 horas del día y predice ataques respiratorios con varios días de anticipación, facilitando intervenciones tempranas y previniendo hospitalizaciones costosas. Hasta la fecha, 360 personas han probado Sylvee, y los resultados han sido «excelentes», con una precisión del 93% en el diagnóstico de EPOC y 83% en la detección de exacerbaciones.
Aunque Samay aún no ha comenzado a generar ventas debido a los largos periodos de investigación, la empresa tiene grandes expectativas. Se proyecta cerrar un primer contrato de $150,000 dólares en 2025, alcanzar los $500,000 dólares en 2026 y $1.5 millones en 2027. El mercado objetivo inicial es Estados Unidos, pero la startup no descarta lanzar productos en Latinoamérica antes de 2027, donde existe una mayor necesidad clínica.
Artunduaga aspira a que Samay se convierta en la empresa líder en salud digital para el manejo, diagnóstico e intervenciones en enfermedades respiratorias. Con más de 7 patentes otorgadas y la aprobación de instituciones de renombre en EE.UU., su objetivo es impactar 800 millones de vidas en Latinoamérica y más allá.
María Artunduaga ha recorrido un camino considerable en su misión de salvar vidas. Con una foto de su abuela en su escritorio, encuentra en su memoria la inspiración y la motivación para seguir adelante, transformando el dolor en una fuerza impulsora para la innovación en salud.
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