Curvas para Tesla en el arranque de 2024. La compañía de Elon Musk sufre en bolsa, con un 24 % de caída acumulada en lo que va de año. La dinámica incluso ha sacado a la compañía del Top-10 de empresas más valiosas del mundo. ¿Cuáles son las claves?
Hay distintos factores que han influido en este frenazo. A finales de enero, Tesla presentó unos resultados y previsiones que decepcionaron a los inversores. La compañía reconoció que el crecimiento en el volumen de vehículos será «notablemente inferior» al registrado en 2023. La empresa se escudó en que sus equipos «trabajan en el lanzamiento del vehículo de nueva generación en la gigafactoría de Texas«.
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El año pasado, marcado por una reducción de preciso que redujo sus márgenes de beneficios, Tesla entregó 1.8 millones de vehículos.
El crecimiento en los ingresos del último trimestre apenas alcanzó el 1 % (US$21.6 mil millones), cifra por debajo de lo esperado. El impacto de los resultados en bolsa fue notable (más de un 8 % de caída en una jornada).
La presentación de resultados vino acompañada de unas llamativas declaraciones de Elon Musk respecto a sus rivales en China. El gigante asiático destaca como uno de los grandes dolores de cabeza de Tesla. Es el mercado que se le resiste y en el que emerge su gran competidor, BYD.
«Las chinas son las compañías de autos más competitivas del mundo», señaló Musk, en declaraciones recogidas por CNBC. «Por eso pienso que tendrán un éxito significativo fuera de China dependiendo de los acuerdos y las barreras comerciales que se establezcan».
El magnate fue un paso más allá. «Siendo francos, si no se establecen barreras comerciales, demolerán a muchas de las compañías del resto del mundo».
La estrategia de Tesla para crecer en China fue desatar una guerra de precios. En 2023, el plan le permitió aumentar su peso en el mercado del 10 % al 12 %. Sin embargo, no evitó el fortalecimiento de BYD, que por segundo año consecutivo fabricó más carros que Tesla en todo el mundo.
La compañía china superó los 3 millones en ventas el año pasado, sumando híbridos y vehículos 100 % eléctricos.
Según Musk, los subsidios concedidos a las compañías chinas del sector les permiten a ofrecer precios bajos. Además, en un escenario geopolítico inestable, las competidoras chinas tienen mayor cercanía con la cadena de suministros (especialmente en el ámbito de los semiconductores).
Si hace meses el sector de autos eléctricos aparecía como uno de los negocios del futuro, la euforia alrededor de la industria se ha frenado, tanto a nivel de consumo como institucional. Europa es el gran ejemplo.
Países como Alemania comienzan a eliminar las ayudas concedidas a la compra de estos carros, lo que influye directamente en el volumen de compra y, por tanto, en la producción.
De hecho, hay marcas como Ford que comienzan a dar pasos atrás respecto a su apuesta por el sector eléctrico, posponiendo sus planes de inversión para construir una segunda planta de baterías. Volvo Cars, por su parte, se disparó en bolsa tras anunciar que dejaba de financiar la marca eléctrico de lujo Polestar Automotive.
En Estados Unidos, por su parte, la firma de alquiler de autos Hertz decidió vender un tercio de su flota eléctrica y sustituirla por carros de gasolina, debido a la falta de demanda. Síntomas de que el sector no termina de explotar como se esperaba.
Otro factor que genera incertidumbre entre los inversores son los movimientos del CEO de Tesla. Según apunta el diario El País, las decisiones de Elon Musk respecto a su influencia en la empresa están generando un clima de desconfianza.
Hace meses, el magnate decidió vender una parte sustancial de su participación en Tesla para, entre otras cosas, comprar Twitter (ahora X). Pero actualmente, su postura ha cambiado. De hecho, lamenta que su peso en la más valiosa de sus empresas no sea el suficiente.
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Incluso lanzó una amenaza: si no consigue hacerse con el 25 % de la compañía, se llevará sus proyectos de inteligencia artificial y robótica fuera de Tesla. Estos dos aspectos son clave para la evolución a medio plazo del proyecto. El desarrollo del superordenador Dojo es un ejemplo claro.
¿Por qué el 25 %? El País explica que ese porcentaje evitaría que pudiera ser expulsado por otros inversores con poder.
Resultados decepcionantes, competencia feroz, consumo inestable y los dudosos movimientos de su CEO. Un cóctel que ha empujado a Tesla fuera de la lista de 10 empresas más valiosas del planeta.
Borja Santamaría
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