El mundo del entretenimiento y el deporte de motor están a punto de vivir una simiosis histórica. Disney y la Fórmula 1 han sellado una colaboración estratégica que llevará a Mickey Mouse y sus amigos a las pistas más emblemáticas del automovilismo. A partir de 2026, los aficionados podrán disfrutar de una experiencia inédita donde los valores de ambas marcas (innovación, creatividad y emoción) se fusionarán en un espectáculo global.
Esta alianza busca conquistar a los seguidores tradicionales de la F1 y captar a nuevas generaciones que crecieron bajo el influjo de los personajes más icónicos de Disney. Con un enfoque en contenido exclusivo, merchandising y eventos interactivos, el proyecto promete redefinir la manera en que el deporte y el entretenimiento se entrelazan.
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La decisión no es casual. En los últimos años, la Fórmula 1 ha experimentado un crecimiento exponencial entre audiencias jóvenes, gracias en parte a estrategias digitales y al impacto de plataformas como Netflix con su exitosa serie Drive to Survive.
Según datos internos, más de cuatro millones de niños entre 8 y 12 años en Europa y Estados Unidos siguen activamente las carreras, mientras que el 54 % de los espectadores en TikTok y el 40 % en Instagram son menores de 25 años.
Por su parte, Disney, que en 2028 celebrará el centenario de Mickey Mouse, busca mantener la relevancia de sus personajes en un mercado cada vez más competitivo. La incorporación al universo de la F1 no solo revitaliza su imagen, sino que también abre las puertas a un público masculino y adulto que tradicionalmente ha estado más vinculado al deporte que a la animación.
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Aunque los detalles concretos aún se mantienen bajo reserva, se ha confirmado que la colaboración incluirá:
Eventos temáticos: Presencia de Mickey & Friends en carreras seleccionadas, con activaciones interactivas para familias.
Contenido multimedia: Producciones exclusivas que mezclarán la narrativa Disney con la adrenalina de la F1.
Productos coleccionables: Desde modelos a escala hasta ropa inspirada en los diseños de los monoplazas.
Experiencias digitales: Posibles integraciones en videojuegos oficiales o realidad aumentada en circuitos.
El objetivo es claro: crear un ecosistema donde los valores de ambas marcas—la magia de Disney y la tecnología punta de la F1—resuenen en un mismo espacio.
Para la Fórmula 1, este movimiento representa un paso más en su estrategia de diversificación. Tras su adquisición por Liberty Media en 2017, la categoría reina del automovilismo ha buscado expandirse más allá de las pistas, incursionando en el gaming, el entretenimiento digital y ahora, con Disney, en el merchandising infantil.
Emily Prazer, directora comercial de la F1, ha destacado que la alianza permitirá «llegar a un mercado de consumo más amplio», aprovechando los más de 820 millones de seguidores que tiene el deporte a nivel global. Por otro lado, Disney ve en la F1 una plataforma ideal para consolidar a Mickey Mouse como un ícono transversal, capaz de adaptarse desde parques temáticos hasta el mundo del motor.
Esta colaboración no es la primera vez que el automovilismo y el entretenimiento se dan la mano. En el pasado, la F1 ha trabajado con franquicias como Fast & Furious o Transformers, pero nunca con un alcance tan integral como el que propone Disney.
Analistas del mercado señalan que, si se ejecuta correctamente, la alianza podría generar ingresos millonarios en licencias y sponsorships, además de aumentar la visibilidad de la F1 en mercados emergentes donde Disney tiene una fuerte penetración, como Asia y Latinoamérica.
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