David Ortiz establece un nuevo estándar con el lanzamiento de Ozama, su ron dominicano

La figura de David Ortiz trasciende el béisbol. Con una carrera legendaria que lo llevó al Salón de la Fama de Cooperstown y le valió tres anillos de Serie Mundial con los Boston Red Sox, el dominicano ha sabido reinventarse más allá del diamante. Desde su retiro en 2016, Ortiz no solo ha mantenido su presencia en los medios, sino que ha incursionado con éxito en el mundo empresarial, explorando rubros tan diversos como la moda, los cigarros y, ahora, las bebidas espirituosas.

Su más reciente proyecto, el Ron Ozama, no es simplemente una nueva marca en el competitivo mercado de licores, sino una declaración de identidad y un homenaje a sus raíces. Presentado en un exclusivo evento en Boston a principios de mayo, este ron ultra premium busca posicionarse como un emblema de la cultura dominicana, combinando tradición, calidad y un propósito social.

Un ron con ADN dominicano

El nombre Ozama no es casualidad. Hace referencia al río que atraviesa Santo Domingo, símbolo de la historia y la vitalidad de la República Dominicana. Pero también evoca la infancia de Ortiz, quien creció en un entorno donde la caña de azúcar —materia prima fundamental del ron— era parte del paisaje cotidiano.

Elaborado artesanalmente en San Pedro de Macorís por la destilería Yazoo, el Ron Ozama se distingue por su producción 100% local, desde la selección de la caña hasta el embotellado. La marca llega al mercado con tres variantes: Ozama Blanco, Ozama Añejo y Ozama Gran Añejo, cada una diseñada para ofrecer una experiencia sensorial única.

• Ozama Blanco: De perfil fresco y vibrante, con notas cítricas y herbales, ideal para cócteles.

• Ozama Añejo: Un equilibrio entre madera, vainilla y frutos secos, con un acabado suave.

• Ozama Gran Añejo: La expresión más robusta, con profundos aromas a madera y un final prolongado.

Más que un negocio: un compromiso con el progreso

Ortiz no concibe este emprendimiento como un simple producto, sino como un vehículo de impacto social. En alianza con el Ministerio de Medio Ambiente de República Dominicana y asociaciones privadas, parte de las ganancias de Ozama se destinarán a la recuperación del río que lleva su nombre, un afluente históricamente afectado por la contaminación.

Esta iniciativa refleja la filosofía de Ortiz: «No se trata solo de vender, sino de dejar un legado». El ex pelotero ha reiterado que su objetivo es promover el orgullo dominicano mientras contribuye al desarrollo de su país. Los detalles de este proyecto ambiental se darán a conocer en las próximas semanas, pero ya se perfila como uno de los ejes centrales de la marca.

Un mercado en crecimiento y una estrategia ambiciosa

El lanzamiento de Ozama coincide con un momento clave para la industria del ron. Según estudios recientes, el mercado global de esta bebida espirituosa superó los $11,700 millones en 2022 y se espera que crezca a un ritmo del 5.6% anual hasta 2030. Este auge se debe, en parte, a la preferencia de los consumidores por productos artesanales, con historias auténticas y procesos transparentes.

En ese contexto, Ozama apuesta por posicionarse como un referente de lujo dentro del segmento premium. Su distribución en República Dominicana estará a cargo de United Brands, y estará disponible a partir de junio en supermercados, licorerías, hoteles y restaurantes. Además, la marca ya tiene planes de expansión en Estados Unidos, con presencia en estados como Florida, Nueva York, Massachusetts y Connecticut, mercados con alta demanda de rones de calidad y con una fuerte comunidad latina.

La visión detrás de la marca

Para materializar este proyecto, Ortiz se alió con Drink 2 Success, una empresa especializada en el desarrollo de bebidas con celebridades. Abbott Wolfe, su fundador, destacó que desde el principio, la visión de Ortiz fue clara: crear un ron que representara la esencia dominicana sin concesiones.

«David quería algo auténtico, que resonara con su gente y al mismo tiempo compitiera con las grandes marcas internacionales», explicó Wolfe. El resultado es una propuesta que no solo busca conquistar paladares, sino también contar una historia: la de un país, su cultura y un hombre que, incluso fuera de las Grandes Ligas, sigue bateando jonrones.

Ortiz continúa diversificando su portafolio, demostrando que su influencia no se limita al terreno deportivo. Con Ozama, no solo ingresa al lucrativo negocio de los espirituosos, sino que refuerza su imagen como un líder comprometido con el progreso de su tierra natal.

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