Las cuentas de la mayor petrolera del planeta, y una de las empresas más valiosas del mundo, han sufrido un golpe severo en el primer semestre de 2023. El gigante estatal Saudi Aramco anunció, como recoge la agencia de noticias EFE, que sus beneficios en el periodo enero-junio cayeron un 29.5 % respecto a los mismos meses del 2022. En concreto, bajaron de US$87,12 millones a US$61,961 millones.
Si nos enfocamos al segundo trimestre, el recorte es incluso más acusado. Los US$30,083 millones de beneficio representan un 37.9 % menos que los US$48,439 millones del mismo periodo de 2022.
¿Qué explica esta tendencia? Según la compañía, valorada en US$2,106 billones (dato de Companies Market Cap), la calve está en la «incertidumbre económica que ha llevado a la caída en los precios del petróleo«. Estos son los precios medios por barril en 2022 y 2023, según las cifras facilitadas por la empresa estatal saudí:
En el capítulo de ingresos, la caída interanual fue del 20.3 %, desde los US$274,419 millones de enero-junio de 2022 a los US$218,673 millones del mismo período en 2023.
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Pese a ello, Aramco informó que, al igual que en el primer trimestre del año en curso, volverá a repartir dividendos por valor de US$19,500 millones.
En el mencionado contexto de reducción de precios e inestabilidad geopolítica, el presidente ejecutivo de Aramco, Amin Naser, aseguró que son «buenos resultados». Afirma que reflejan la «resistencia y capacidad de adaptación a los ciclos del mercado» de la compañía.
La publicación de resultados se produce apenas unos días después de que Arabia Saudita anunciara que extenderá su recorte voluntario de producción de petróleo, de un millón de barriles diarios, hasta septiembre, dejándola en nueve millones de barriles cada día.
La decisión, que se suma al recorte de medio millón anunciado en el marco de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), podría alargarse o incluso aumentar.
Como apunta EFE, Arabia Saudita cuenta con alrededor del 17 % de las reservas de crudo del mundo y es el mayor productor de la OPEP, y lidera junto a Rusia la alianza de esa organización con diez socios externos (OPEP+).
Estos recortes en la producción parecen destinados a manejar al alza los precios del crudo. De hecho, según Goldman Sachs, mientras grandes productores anuncian que rebajaran su ritmo, la demanda se encamina hacia cifras históricas. La suma de ambos factores resultará en una escasez de oferta.
«Esperamos déficits de oferta bastante considerables en la segunda mitad», en concreto, «de casi dos millones de barriles diarios en el tercer trimestre», mientras la demanda se va a acercando hasta cifras nuca antes vistas. Son palabras de Daan Struyven, jefe de investigación de mercados petrolíferos de Goldman Sachs, a CNBC.
El vaticinio, emitido en junio, se une a lo que apuntó este mismo fin de semana Joseph McMonigle, director general del Foro Internacional de Energía, para dibujar una demanda récord. Según afirmó, durante el segundo semestre de 2023, China e India aumentarán su demanda en 2 millones de barriles diarios.
Los efectos ya han comenzado a notarse. En los primeros 25 días de julio, el precio de barril Brent se disparó casi un 13 %, y la tendencia parece haber llegado para quedarse durante el resto del año. Por tanto, Aramco tiene motivos para ver el horizonte de sus cuentas con optimismo.
Con información de la agencia EFE
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