Alex, hijo del segundo matrimonio del magnate y filántropo de 92 años de edad, George Soros, fue designado como el heredero del impero de su padre, valorado en US$25,000 millones y que tiene en el centro a la Open Society Foundations (OSF), una red de fundaciones, socios y proyectos con presencia en más de 100 países.
La OSF destina alrededor de US$1,500 millones a personas y organizaciones que luchan por la libertad de expresión, un gobierno responsable y sociedades que promuevan la justicia y la igualdad.
El imperio Soros, tiene nuevo heredero: Alex Soros, 37 años; autodefinido como «más político» que su padre.
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Alex, como todo el mundo lo conoce, se define como un pensador de centro-izquierda, muy consciente de la riqueza que posee, pero no es casualidad que la primera entrevista que concede sea al Wall Street Journal, el diario representante del establishment financiero estadounidense.
Si su padre, azote de la derecha en los últimos años -y particularmente de Donald Trump o de Elon Musk-, es de prever que Alex lo vaya a ser todavía más, relata la agencia de noticias EFE, pues ha adelantado que aunque él y su padre piensan igual, él se siente más comprometido con las causas más queridas por el progresismo en Estados Unidos: aborto, igualdad de género, derecho al voto discriminación racial, entre otros.
La fundación que hasta ahora ha presidido, Open Society Foundation, ha demostrado además su interés por un mayor compromiso con América Latina, y ha elevado de 12 a 60 millones su inversión anual en el continente.
Otra diferencia con su padre es su identidad judía: si para George Soros era casi accidental -y su fundación no se distinguió por apoyar causas judías-, Alex celebra las festividades hebreas y ha visitado Israel en varias ocasiones.
Hace siete años, The New York Post dedicaba un largo artículo nada amable a Alex Soros describiéndolo como un fiestero irredento que pasaba los veranos en las exclusivas playas de los Hamptons, destino estival de las grandes fortunas neoyorquinas.
Al paso de los años comenzó a dejar ese mundo y se concentró cada vez más en la fundación de su padre.
Alex se ha quejado en más de una ocasión de que su padre fue una figura ausente durante su infancia y adolescencia, pero la relación entre ellos comenzó a mejorar justamente tras el divorcio de sus padres.
Alexander Soros fue designado el pasado diciembre como presidente de OSF por su junta y dirige igualmente el «súper PAC», que respalda campañas políticas, la inmensa mayoría de los US$25,000 millones se destinarán a la fundación, mientras que se han reservado unos 125 millones (116 millones de euros) para el «súper PAC».
El pequeño de los hijos de George Soros es el único miembro de la familia en el comité de inversiones que analiza la gestión de fondos de Soros, la firma que supervisa el dinero para la fundación y la familia.
Gabriel Rico Albarrán, con información de EFE
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