En un movimiento poco habitual, Elon Musk pone el pie en el freno. El magnate sudafricano se mostró contundente durante la presentación de resultados de Tesla: en la situación actual, marcada por las altas tasas de interés y la inestabilidad geopolítica, desacelerará el ritmo de su decidida apuesta por México.
Dicho de otra forma, ralentizará los trabajos de construcción de su planta en Nuevo León, donde se ha creado un potente ecosistema de ‘nearshoring’ en la industria.
«Estoy preocupado por el panorama de elevados intereses en el que estamos», afirmó el CEO de Tesla. «Queremos entender cómo está la economía global antes de ir a toda marcha con la planta de México».
Para entender la postura de Musk y Tesla, es importante atender a dos factores:
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De ahí que la urgencia de tener activa la planta de México se reduzca.
«La vasta mayoría de personas que compran un vehículo la cuestión son los pagos mensuales», desarrolla Musk. «Con la subida de los tipos de interés, la proporción del interés en esos pagos mensuales aumenta naturalmente», afectando a la demanda de carros.
El magnate dejó claro que la planta se construirá, pero «los tipos de interés tienen que bajar» y, sobre todo, se debe aclarar el horizonte. De hecho, Musk dijo que si supiera cuál será la evolución de las tasas, podría dar una fecha de apertura de la fábrica.
«Vamos a empezar la próxima fase de la construcción el próximo año, pero todavía tengo cicatrices de lo sucedido en 2009, cuando General Motors y Chrysler casi van a la bancarrota», argumentó Musk. «Está grabado en mi mente. Así que no voy a ir a la máxima velocidad en dirección a la incertidumbre».
Tesla había logrado en febrero desbloquear la negativa inicial del gobierno de México para poder construir su planta en Nuevo León. Musk tuvo que negociar personalmente con el presidente de la nación, Manuel López Obrador, comprometiéndose a realizar inversiones en cuestiones como el reciclaje de agua (para construir un carro eléctrico se requieren entre 1,300 y 1,400 litros de agua).
De esta forma, la compañía de autos más valorada del mundo (US$704.84 mil millones, en cifras de Companies Market Cap), tomaba protagonismo en el norte de México. Un rol que ahora se frena debido al panorama de altas tasas de interés.
Pese a que el ecosistema de ‘nearshoring’ parece consolidado, tampoco es una buena noticia para la región. La subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Cancillería mexicana, Martha Delgado, publicó en febrero que la inversión de Tesla en la zona rondará los US$5 mil millones.
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Las palabras de Musk tuvieron lugar durante la presentación de los resultados de Tesla en el período enero-septiembre de 2023. En estos tres trimestres, los beneficios de la compañía cayeron un 20.3 % interanual, situándose en los US$7,069 millones.
Tesla achacó las cifras a los altos costos de producción en sus nuevas plantas de montaje. Además, consecuencia de la guerra de precios, los márgenes operativos de la compañía se han reducido considerablemente.
Borja Santamaría, con información de EFE
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