Mercedes-Benz, uno de los fabricantes automovilísticos más icónicos de Alemania, ha reportado una disminución significativa en sus beneficios durante 2024, reflejando las dificultades del mercado global, especialmente en China. La compañía obtuvo un beneficio neto de 10.409 millones de euros, lo que representa una caída del 28,4 % en comparación con el año anterior. La facturación también se redujo un 4,5 %, situándose en 145.594 millones de euros, mientras que el beneficio operativo cayó un 30,8 %, hasta los 13.599 millones de euros.
Ante este panorama, la junta directiva de la empresa ha decidido proponer una reducción en el reparto de dividendos, fijando el pago en 4,30 euros por acción, un euro menos que en 2023. Esta decisión busca equilibrar las finanzas de la empresa en un contexto de menores ingresos y mayores inversiones en el desarrollo de nuevas tecnologías.
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Ola Källenius, consejero delegado de Mercedes-Benz, destacó durante la presentación de los resultados que, a pesar del entorno desafiante, la compañía ha logrado «resultados sólidos» gracias a una estricta disciplina de costos y la calidad de sus productos. Sin embargo, reconoció la necesidad de implementar medidas adicionales para asegurar la competitividad de la empresa en un mercado global cada vez más inestable.
Como parte de su estrategia, Mercedes-Benz anunció que reducirá sus costos de producción en un 10 % hasta 2027. Esta reducción será posible gracias a una optimización en la cadena de suministro y una colaboración más estrecha con sus proveedores para disminuir los costos de materiales. Asimismo, la compañía mantendrá la reducción de costos fijos durante los próximos años.
Mercedes-Benz, al igual que otros fabricantes automovilísticos alemanes, se ha visto afectado por la desaceleración del mercado chino, un país que ha sido fundamental en el crecimiento del sector en los últimos años. La caída en las ventas en esta región ha impactado directamente en el beneficio operativo de Mercedes-Benz Cars, su división de turismos, que se redujo a 8.700 millones de euros en 2024, muy por debajo de los 14.300 millones de euros registrados en 2023.
Además, la rentabilidad sobre las ventas de este negocio también se contrajo, pasando del 12,6 % en 2023 al 8,1 % en 2024. Este descenso se debe, en parte, a los elevados costos de investigación y desarrollo en los que ha incurrido la empresa para impulsar nuevas plataformas y tecnologías de movilidad sostenible.
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A pesar de los desafíos financieros, Mercedes-Benz continúa con su ambicioso plan de lanzamiento de nuevos modelos. La compañía prevé introducir una docena de vehículos entre 2024 y 2027, con el objetivo de revitalizar sus ventas y consolidar su posición en el mercado de automóviles de lujo.
El primer modelo de esta nueva estrategia será el Mercedes-Benz CLA, seguido de la renovada Clase S en 2026, así como versiones completamente eléctricas del GLC y la Clase C. También se lanzarán variantes híbridas y eléctricas de la línea Mercedes-AMG, reforzando la apuesta de la marca por la electrificación.
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Dentro de su estrategia financiera, Mercedes-Benz ha anunciado su intención de recomprar acciones por un valor de hasta 5.000 millones de euros, lo que representa un máximo del 10 % del capital de la compañía. Esta iniciativa deberá ser aprobada en la próxima junta general de accionistas y busca fortalecer el valor de la empresa en el mercado bursátil.
Sin embargo, las perspectivas para 2025 no son del todo alentadoras. La compañía ha adelantado que espera una facturación ligeramente inferior a la de 2024, mientras que el beneficio operativo y el flujo de caja libre del negocio automovilístico serán notablemente menores.
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Tras la presentación de estos resultados y previsiones, las acciones de Mercedes-Benz experimentaron una caída del 1,6 % en la Bolsa de Fráncfort, situándose en 60,22 euros al mediodía. Este comportamiento refleja la preocupación de los inversores ante la disminución de los beneficios y las dificultades que enfrenta la compañía en mercados clave como China.
A medida que avanza 2024, Mercedes-Benz deberá equilibrar su estrategia de reducción de costos con su apuesta por la innovación y la electrificación. La competencia en el sector automovilístico es feroz, con rivales como Tesla y BMW acelerando sus desarrollos en vehículos eléctricos y tecnologías avanzadas. El éxito de la compañía dependerá de su capacidad para adaptarse a las nuevas demandas del mercado sin comprometer la calidad y el prestigio de la marca.
En este contexto de transformación, Mercedes-Benz se enfrenta al reto de demostrar que puede seguir siendo un referente en la industria automotriz global, manteniendo su posición de liderazgo en el segmento de lujo mientras navega en un entorno económico complejo y en constante evolución.
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