Las ciudades latinoamericanas comienzan a crear ciclovías, ensanchar veredas y colocar señales de distanciamiento para superar la emergencia del coronavirusen espacios urbanos ya afectados por hacinamiento, transportes abarrotados y contaminados.
La pandemia que asola a las urbes del mundo -focos del 95% de los contagios, según Naciones Unidas- ha acentuado las dualidades en América Latina. «Muchas soluciones pensadas para la ciudad formal no funcionan para la ciudad informal» , dice Verónica Adler, coordinadora de Ciudades Emergentes y Sostenibles del BID para el Cono Sur.
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En vecindarios de Bogotá, Buenos Aires, Lima y Santiago , el concepto de la «ciudad de los 15 minutos», con abastecimiento y trabajo a cortas distancias, gana fuerza ante la crisis sanitaria. Pero en barrios donde la población vive hacinada y al día, solo se piensa en la subsistencia.
«Los distintos sectores de la economía, particularmente de la informal, no pueden durar mucho tiempo en confinamiento, y es necesario que estas personas salgan de manera segura», dice Estupiñán.
La propuesta es una «nueva movilidad», definida como «un balance entre economía y salud», en un entorno al que contribuirá el teletrabajo .