La retención de talento es una de las constantes preocupaciones y ocupaciones de las empresas corporativas. Esto conlleva a identificar fortalezas que pueden robustecerse con capacitación constante, dando paso al término educación corporativa o universidad corporativa.
Este concepto, de acuerdo con la consultora Navega Training and Consulting, es una estrategia innovadora donde se centran «el conocimiento, habilidades, competencias, destrezas y actitudes que posibilitan un diseño de plan formativo a lo interno de la empresa».
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La consultora sostiene que durante las décadas de los 80 y 90 ocurrió el auge de las universidades corporativas, lo que detonó su diversificación y adopción por parte de las empresas para moldearlas a sus necesidades.
«La universidad corporativa se entiende como un centro que provee el conocimiento en formas de capacitación que necesitan los colaboradores para desarrollar de manera óptima el trabajo que les compete».
Esta idea no busca suplantar las funciones de los departamentos de recursos humanos, sino convertirse en una herramienta de contribución. Por lo tanto, la universidad corporativa debe basarse en tres pilares: gestión del conocimiento general, cultura e identidad y desarrollo de habilidades y competencias y conocimientos propios del negocio.
La universidad corporativa es una «herramienta funcional para unificar los valores organizacionales con el aprendizaje para el desarrollo óptimo de las tareas laborales y personales, y la continuidad del colaborador en la empresa».
Para garantizar su funcionalidad, la universidad corporativa debe contemplar lo siguiente:
A medida que los colaboradores obtienen una mayor formación, la empresa ve reflejada una mayor rentabilidad. «El colaborador se siente valorado, se siente comprometido, se siente apoyado y por el otro lado, la empresa obtiene mejores resultados”, argumenta el estudio de la consultora.
Por otro lado, las universidades corporativas deben contar con métodos de evaluación del impacto del aprendizaje antes, durante y después de la impartición de capacitaciones.
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Navega Training and Consulting indica que cuatro de las cinco empresas entrevistadas tienen dentro de sus ecosistemas de aprendizaje una universidad corporativa de carácter virtual y algunas mixtas.
Otra tendencia es que las cinco empresas que participaron en el estudio recurren a otras instancias para ofrecer servicios de formación y capacitación a sus colaboradores para fortalecer la capacidad de desarrollo de los departamentos internos.
A propósito, la adopción de un formato virtual «ha enriquecido las estrategias empresariales, capacitando a más personas en el menor tiempo posible con menor inversión, y generando habilidades blandas y técnicas en los colaboradores que sostienen a la empresa».
En ese sentido y para conseguir que el modelo de universidad corporativa tenga éxito, los planes estratégicos deben proyectar la inversión real, considerando que los formatos virtuales son los más utilizados debido a su bajo mantenimiento.
Para conseguir esa capacitación, las empresas suelen recurrir a ‘aliados estratégicos‘ para hacer llegar el conocimiento a más personas cuando sus ofertas de capacitación se ven rebasadas por la demanda.
Gabriel Rico Albarrán, con información de Navega Training.
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