El pasado mes de junio, la Misión Galactic 07, según el año de su tipo, transportó exitosamente a pasajeros turcos, estadounidenses e italianos a una altitud de unas 55 millas (88.51 km) en un vuelo que duró poco más de una hora. La misión despegó y regresó a Spaceport America en Nuevo México, lo que marcó el último viaje comercial del avión espacial VSS Unity de Virgin Galactic, ya que la compañía ahora está produciendo sus naves espaciales de cuarta generación, que se espera que entren en servicio comercial en 2026.
Virgin Galactic está abriendo una nueva planta de fabricación de naves espaciales en Mesa, Phoenix, para el ensamblaje final de sus naves espaciales de próxima generación de la clase Delta. Ubicada junto al aeropuerto Phoenix-Mesa Gateway, la instalación será capaz de producir hasta seis naves espaciales por año y traerá cientos de empleos de ingeniería aeroespacial y fabricación altamente calificados al área.
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Esta inversión estratégica es un elemento importante para garantizar la producción eficiente y las operaciones seguras de las naves espaciales de la clase Delta, ya que permite al equipo validar la funcionalidad de los componentes en una fase temprana del proceso de desarrollo.
La nave espacial de la clase Delta es el vehículo de producción de Virgin Galactic diseñado para volar semanalmente, apoyando el objetivo de la compañía de realizar 400 vuelos por año desde Spaceport America. Según los cronogramas actuales, se espera que la primera de estas naves espaciales comience los vuelos de carga útil de generación de ingresos a fines de 2025, progresando a los vuelos de astronautas en 2026.
La compañía prevé que, con cada vehículo que transporte a seis pasajeros, transportará a 750 personas al año a un precio medio de pasaje de 600,000 dólares, lo que se traducirá en unos ingresos anuales de 450 millones de dólares.
Tras contabilizar los costes de los vuelos y otros gastos de la empresa, Virgin Galactic calcula que puede generar unas ganancias ajustadas antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización de entre 95 y 110 millones de dólares al año.
Virgin Galactic está seleccionando actualmente varios proveedores para construir los principales subconjuntos de la nave espacial, que se entregarán a las nuevas instalaciones de Mesa para su ensamblaje final. Las naves nodrizas de Virgin Galactic transportarán las naves espaciales completas a Spaceport America, Nuevo México, para realizar pruebas de vuelo y operaciones comerciales.
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