KIA ha reducido sus previsiones de venta de vehículos eléctricos en más de un 20 % para 2030. La nueva meta se sitúa en 1,26 millones de unidades, una cifra considerablemente inferior a los 1,6 millones planteados inicialmente.
El anuncio fue hecho por Ho Sung Song, presidente y CEO de KIA, durante el Día del Inversor de la compañía en Seúl según informó la agencia EFE. Esta decisión refleja una adaptación a las condiciones actuales del mercado, donde los retos logísticos y la competencia aceleran la necesidad de redefinir objetivos.
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Aunque el ajuste puede parecer un paso atrás, en realidad representa una movida estratégica. De hecho, KIA planea reforzar su presencia en mercados clave mediante la producción localizada de modelos electrificados, optimizando así su cadena de suministro global.
Como parte de esta actualización en su Plan estratégico S, la compañía surcoreana organizará su producción en función de las características de cada región. Esta reorganización busca mejorar la eficiencia operativa y responder mejor a las necesidades de los consumidores.
Corea del Sur será el centro global de desarrollo de vehículos eléctricos, concentrando gran parte de la innovación tecnológica. Mientras tanto, Norteamérica se enfocará en SUV medianos y grandes, Europa en SUV compactos y berlinas, e India en modelos compactos adaptados al mercado local.
Con esta estructura descentralizada, KIA quiere reducir costes y acelerar los tiempos de entrega, un aspecto crucial en el competitivo mercado de la movilidad eléctrica.
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Para complementar su estrategia, KIA diversificará su portafolio de productos, incluyendo vehículos comerciales PBV (Purpose Built Vehicles) y pick-up, dos categorías con gran potencial en mercados emergentes y desarrollados.
Particularmente, la línea PBV recibirá un fuerte impulso. KIA proyecta vender 250,000 unidades de PBV para 2030, lanzando progresivamente los modelos PV5 en 2025, PV7 en 2027 y PV9 en 2029. Esta gama está diseñada para ofrecer soluciones de movilidad eléctrica adaptadas a diferentes industrias.
Por otro lado, el segmento de pick-up eléctricos también será protagonista. Aprovechando el éxito del modelo Tasman, KIA incorporará una versión 100 % eléctrica para Norteamérica, fortaleciendo su posicionamiento en un segmento que gana terreno rápidamente.
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Aunque KIA ha rebajado sus metas de electrificación, mantiene objetivos financieros sólidos y en crecimiento. La compañía aspira a alcanzar 117,000 millones de dólares en ingresos para 2030, con un margen operativo superior al 10 %.
La clave estará en equilibrar ventas de modelos eléctricos e híbridos, que en conjunto deberían sumar 2.33 millones de unidades para esa fecha. De lograrlo, la marca alcanzaría una cuota del 4.3 % en el competitivo mercado global de vehículos eléctricos.
Esta combinación de ajuste estratégico y diversificación de productos confirma una tendencia clara: la industria automotriz está redefiniendo su transición hacia la electrificación. No se trata solo de lanzar autos eléctricos, sino de construir un ecosistema adaptable, eficiente y alineado con las expectativas de consumidores y reguladores.
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