Trabajar duro nos mantiene ocupados. Cada vez que cambiamos de roles, o nos vemos obligados a seguir adelante debido a factores fuera de nuestro control, naturalmente pensamos: «Tengo que demostrar de nuevo quién soy y lo que puedo hacer».
Si llegamos a este punto, es importante darnos cuenta de un área de mejora: si hubiéramos creado una marca personal antes, nos habríamos salvado de comenzar constantemente desde cero.
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El truco es hacer de tu marca personal una parte satisfactoria de tu trabajo diario. Estos cuatro pasos pueden ayudarte a construirla día a día:
La manera de empezar es identificar los tres aspectos que definirán tu marca personal, haciéndola propia y diferente al resto:
Tu singularidad: Piensa en la inmensidad de tu identidad interseccional. Teniendo en cuenta sus diversos factores, pregúntate: ¿qué puedo aportar yo que nadie más pueda? Tus diferencias son tus superpoderes.
Tus valores: ¿Qué defiendes? El cambio climático, la igualdad, la salud, los derechos humanos, la disrupción, la sostenibilidad… Son sólo algunos ejemplos de las causas que pueden impulsar tus acciones o darte un sentido de propósito en el trabajo.
Tus contribuciones: Cualquiera que sea tu área de especialización, ¿cómo la utilizas para agregar valor tu trabajo individual, equipo o ámbito en general?
El resultado combinado de estos tres elementos conforma tu marca personal.
Haz que tu marca personal forme parte de tus objetivos de desarrollo profesional. De esta manera, se convierte en parte de tu jornada laboral habitual.
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Echa un vistazo a los proyectos que tu equipo está llevando a cabo actualmente. ¿Alguno se alinea con tu marca personal? Si es así, levanta la mano para participar. Si no encuentras lo que estás buscando, observa y profundiza en lo que está sucediendo a nivel organizacional.
Si tu marca está enfocada en un tema ambiental o en cualquier otro ámbito, investiga si tu empresa tiene grupos de discusión sobre estos temas.
De no ser así, tú mismo puedes tomar la iniciativa. Comparte artículos o videos que te apasionen con los miembros de tu equipo u organiza un «almuerza y aprende» sobre temas que se alineen con tu marca.
Piénsalo de esta manera: La gente se mueve. Los proyectos terminan o mueren. Si esto sucede, claro que puedes comenzar desde cero; por supuesto que puedes actualizar tu currículum y tu perfil de LinkedIn para reflejar tu trabajo. Pero si no tienes contenido que lo muestre, nadie sabrá lo que realmente hiciste o lo que realmente representas.
Bloquea una hora o dos al final de tu día o semana (o cuando sea más conveniente) para dedicarte a la creación de contenido. Una manera fácil de comenzar es volver a publicar artículos o noticias que se alineen con tu marca en canales de redes sociales como LinkedIn y Twitter.
Sin embargo, no te limites a presionar «retweet». Añade tu perspectiva cuando compartas algo. Con el tiempo, te sentirás más cómodo poniendo tus pensamientos en palabras, e incluso podrás inspirarte para producir tus propios artículos de opinión, publicaciones en redes sociales o videos sobre esos temas.
Recuerda: nunca estarás demasiado ocupado para trabajar en tu marca personal. Una vez que lo conviertas en parte de tu trabajo diario, te resultará más sencillo y conseguirás hacerla crecer con fluidez.
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De Harvard Business Review, por Nahia Orduña
(Nahia Orduña es ingeniera con un MBA y líder técnica en Amazon Web Services)
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