En el trabajo, “hola, ¿cómo estás?” suele preguntarse como un acto reflejo. La respuesta estándar es “estoy bien, ¿y tú?” Preguntamos, respondemos – y seguimos con nuestro día. Cuando esto sucede, perdemos la oportunidad de crear un entorno donde las personas puedan traer al trabajo su plena y auténtica identidad.
¿Por qué es importante? Una investigación muestra que cuando los empleados sienten mayores niveles de autenticidad en el trabajo, reportan una mayor satisfacción e involucramiento laboral y mayores niveles de desempeño. Podría estar pensando, “pero y si algo no está bien, ¿qué debo hacer?” En nuestro libro, “Overcoming Overthinking,” Sophie Riegel y yo escribimos que “apoyar emocionalmente puede mostrar que escuchamos bien, demostrando entendimiento y no juzgando … [y] solo ofreciendo consejos cuándo se nos piden”. Más allá de eso, he aquí varias formas de ayudar:
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Puede ser tan simple como, “sé que esta mañana dijiste que estás bien, pero sentí que quizá algo estaba mal, y sólo quería preguntarte de nuevo. ¿Realmente cómo estás hoy?” Después observe las señales de qué tanto (o qué tan poco) quieran compartir.
Cuando alguien dice “estoy bien”, usted podría probar con “¿qué fue lo mejor de tu fin de semana? También podría intentar con, “¿me dirías si no estuvieras bien? Porque estoy disponible para hablar.”
Cuando alguien dice “estoy bien” usted podría responder, “me alegra escucharlo. También recuerdo que mencionaste que tu padre tendría una cirugía. ¿Cómo está?” La meta no es fisgonear — es demostrar que le importa lo suficiente como para darle seguimiento.
Toda comunicación tiene tres elementos: las palabras, el tono de la voz y el lenguaje corporal. “Estoy bien” dicho con el ceño fruncido o los hombros caídos podría significar algo distinto a lo que expresan las palabras. Considere decir “sé que dijiste que estás bien, y también veo que te frotas las sienes. ¿Está pasando algo más que quieras compartir?” Nuevamente, ofrézcase a escuchar sin presionar.
Cuando alguien le pregunte cómo está, muéstrese dispuesto a decir la verdad. “Debo admitir que no estoy teniendo mi mejor día” es compartir sin exagerar. Si la otra persona cambia de tema, quizá todavía no se siente cómoda siendo abierta con usted.
¿Cómo puede reforzar que usted es una persona a la cual acudir? Primero, honre la confidencialidad. Segundo, si le preocupa el bienestar de alguien, trátelo directamente con la persona. Tercero, no ofrezca consejo a menos que se lo pidan. Cuarto, cree límites en situaciones donde lo que alguien está compartiendo se siente como más de lo que usted puede digerir. Finalmente, también respete la decisión de alguien para no abrirse con usted.
Un entorno abierto “Estoy bien” puede ser simplemente eso — bien — o puede ser una entrada para construir un entorno más abierto y de confianza donde las personas (incluyendo usted) compartan cómo se sienten en realidad, sin vergüenza o estigma. (Deborah Grayson Riegel es una instructora de habilidades de comunicación y presentación).
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