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[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]SABEMOS QUE cuanto más rápido podamos volver a reunirnos en condiciones seguras, mejor. ¿Cómo podemos lograrlo? Tenemos que afrontar el problema con tantos datos y capacidad informática como podamos, y debemos hacerlo ya. El primer paso es disponer de lo básico. Necesitamos medios rápidos y adecuados para realizar pruebas. También necesitamos suministros[/vc_column_text][vc_column_text]suficientes de equipo de protección personal para los trabajadores de la salud y otras personas que están en el frente de batalla, así como respiradores y otros tratamientos que se necesitan para salvar vidas. El siguiente paso es desarrollar medios de prevención inteligentes.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]En el Instituto Tecnológico de Massachusetts, se están llevando a cabo proyectos para usar las tecnologías móviles existentes con el fin de desarrollar de manera rápida rastreos de contactos que respeten la privacidad. Cuando alguien da positivo por coronavirus, los profesionales de la salud podrían descargar el nombre de quienes estuvieron cerca de la persona infectada durante el lapso de tiempo relevante sin tener acceso a sus idas y venidas.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_single_image image=»42858″ img_size=»full» alignment=»center»][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Con esa información de apoyo, los expertos en informática podrían integrar datos de una amplia gama de fuentes para pronosticar los riesgos de contagio precisos en la comunidad.
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Esos datos permitirán que existan evaluaciones de riesgo más dinámicas, lo suficientemente precisas y actuales para que podamos decidir, no si las escuelas y los lugares de trabajo deben reactivarse, sino cuáles deben abrirse y por cuánto tiempo.
Esas estrategias de aislamiento dirigido también plantearán desafíos. Iniciar y detener operaciones con base en los riesgos actuales no es algo trivial; esto puede causar estragos en las cadenas de suministro y en la vida cotidiana. Una adaptación de esas medidas para combatir la pandemia podría enseñarnos que la presencia física no siempre es tan necesaria como habíamos pensado. Tal vez, simplemente el trabajo a distancia se integre a nuestra manera de concebir el trabajo. Aquí también la computación podría permitirnos sopesar muy bien los riesgos y los beneficios de que las personas estén trabajando junto a otras.
No solo tenemos que aminorar la contrariedad de cronogramas restringidos y presupuestos castigados, sino fundamentalmente volver a diseñar la forma en que se proporcionan los servicios esenciales y conservar las funciones de la sociedad. Tenemos a la gente. Tenemos los datos. Tenemos la capacidad computacional. Ahora debemos utilizar todo eso.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]
