En un momento crucial para su desarrollo turístico, Santo Domingo estrena liderazgo al frente de su principal entidad promotora. Juan Manuel Martín de Oliva, reconocida figura del sector financiero vinculado al turismo, asumió formalmente la presidencia del Clúster Turístico de Santo Domingo (CTSD) para el período 2025-2027. Su designación, resultado de una asamblea ordinaria, marca el inicio de una gestión que promete impulsar la capital dominicana hacia nuevos horizontes como destino líder en el Caribe.
Martín de Oliva llega a este encargo con una sólida trayectoria de casi tres décadas dedicadas al financiamiento y promoción turística desde la Vicepresidencia de Negocios Turísticos del Banco Popular Dominicano.
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De origen español pero profundamente integrado a la vida nacional, ha forjado una reputación como arquitecto clave de inversiones hoteleras y alianzas público-privadas, convencido de que el turismo trasciende lo económico para convertirse en un poderoso instrumento de desarrollo social, inclusión y orgullo ciudadano.
Desde su primera intervención como presidente, Martín de Oliva delineó con claridad los ejes centrales de su mandato. La transformación de Santo Domingo en la indiscutible capital gastronómica del Caribe encabeza su agenda, reconociendo el potencial cultural y económico de su escena culinaria.
En segundo lugar, materializar el anhelado Centro de Convenciones de la ciudad emerge como una prioridad ineludible para captar el lucrativo mercado de eventos y reuniones.
El tercer pilar consiste en consolidar la proyección internacional de la ciudad primada como un destino turístico integral y líder en la región.
Para traducir estas ambiciones en resultados tangibles, el nuevo líder anunció un modelo operativo basado en la colaboración transversal. Se establecerán comités estratégicos diseñados para integrar a todos los actores relevantes del ecosistema turístico capitalino.
Hoteles, turoperadores, agencias de viaje, restaurantes y bares, sector salud, especialistas en infraestructura, mercadólogos, representantes comunitarios, expertos legales y autoridades de gobernanza tendrán espacios de participación activa. Este enfoque busca garantizar que las decisiones reflejen una visión compartida y multisectorial.
Martín de Oliva no parte de cero. Su llegada implica un reconocimiento explícito al trabajo realizado por su predecesora, Mónika Infante Henríquez, a quien calificó de visionaria y comprometida.
Infante deja un legado palpable caracterizado por iniciativas innovadoras que dinamizaron la economía local y abrieron oportunidades para emprendedores.
Entre ellas destacan la implementación de los coches eléctricos para mejorar la movilidad turística, el programa «Turizoneando» como plataforma de promoción cultural, la creación del distintivo «GoSantoDomingo» para fortalecer la marca ciudad, y modelos efectivos de apoyo al crecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) vinculadas al sector.
La nueva directiva, respaldada por el equipo saliente, enfrenta el doble desafío de dar continuidad a estos proyectos exitosos mientras inyecta nuevo ímpetu a los objetivos estratégicos planteados.
El reto es significativo: elevar el perfil competitivo de Santo Domingo en un mercado caribeño altamente disputado, requiriendo no solo atraer más visitantes, sino también mejorar la experiencia tanto para turistas como para residentes, fomentando un sentido de pertenencia y orgullo por la identidad capitalina.
La filosofía que guiará al CTSD bajo esta nueva dirección va más allá de las estadísticas de llegadas. Martín de Oliva enfatiza una concepción del turismo como catalizador de progreso sostenible e inclusivo.
Su visión integradora busca asegurar que el crecimiento del sector genere beneficios palpables para la comunidad local, mejore la infraestructura urbana y preserve el rico patrimonio cultural e histórico de la primera ciudad del Nuevo Mundo.
La apuesta es clara: convertir a Santo Domingo no solo en un destino que se visita, sino en una ciudad que se vive y se siente, tanto por quienes llegan como por quienes la habitan, consolidando así un modelo turístico que sea sinónimo de prosperidad compartida y orgullo nacional.
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