Soplan vientos de cambio en uno de las grandes fabricantes de vehículos a nivel mundial. Se gesta una revolución en el seno de Toyota. El gigante nipón lucha por no quedarse atrás en la batalla por adaptarse a los nuevos tiempos. Para ello, se encamina a una nueva era con un nombre propio: Koji Sato.
El ejecutivo japonés de 53 años recogerá el testigo de Akio Toyoda el próximo 1 de abril. Será entonces cuando tome el volante de la que, según cifras de Companies Market Cap, es la segunda productora de automóviles más valorada del planeta (US$195.3 mil millones, sólo superada por Tesla).
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El movimiento va mucho más allá de un relevo de piezas. El cambio promete ser total. Un proceso que aspira a recomponer por completo el enfoque, el modelo de negocio y la estructura de la que, pese a todo, cerró 2022 como la mayor vendedora de carros del mundo (10.49 millones).
Toyota ha sido la compañía con más autos vendidos en 2020, 2021 y 2022. Entonces, ¿por qué prepara una revolución? ¿En qué consistirá?
Sato fue contundente en sus primeras palabras como futuro presidente y CEO de Toyota. «Debemos cambiar drásticamente la forma en la que hacemos negocios», anunció, fijando claramente el foco en la electrificación.
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Es el gran reto de Toyota, que aunque se mantiene al frente de la industria en términos de volumen de ventas, ha visto cómo sus beneficios caían un 18 % en los últimos tres trimestres de 2022 (hasta los US$21.8 mil millones).
Pese a que la marca fue pionera gracias al Toyota Prius, el primer carro híbrido que logró venderse de forma masiva (alrededor de 2 millones de ventas entre 2005 y 2016), la firma nipona se ha quedado estacada en la carrera por el negocio de los autos eléctricos.
Con Tesla liderando, Volkswagen amenazando, y empresas de otros sectores como Sony o incluso Apple buscando la forma de entrar en el negocio, Toyota está en riesgo de ceder demasiado terreno. Por eso, se ha visto obligado a reaccionar de forma contundente.
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«Para ofrecer BEV (vehículos de batería eléctrica) atractivos a más clientes, debemos optimizar la estructura del automóvil«, afirma Sato. Por ello, quiere instaurar una «mentalidad de BEV first« diseñando carros más inteligentes.
Lexus, firma dirigida por el propio Sato desde 2020, aspira a catapultar este proceso. La marca de lujo de Toyota dará el primer paso, y espera producir un millón de autos eléctricos para 2030. El objetivo es que, en 2035, el 100 % de sus modelos sean eléctricos.
Todo, en un contexto en el que Toyota se vio obligado a dar marcha atrás a su plan A. En 2021, la compañía anunció una ambiciosa estrategia de electrificación que incluía una inversión de US$70 mil millones hasta 2030, con la creación de treinta modelos eléctricos. En octubre de este año, Reuters informó de que los costes se habían disparado y las plazos no se estaban cumpliendo, por lo que Toyota decidía cambiar de hoja de ruta.
Meses después de ese anuncio, Koji Sato asumirá el la dirección de manos de Akio Toyoda, CEO y presidente desde 2009. Graduado en Ingeniería Mecánica por la prestigiosa Universidad de Waseda (Japón) en 1992, Sato entró a formar parte del grupo Toyota ese mismo año. Es decir, ha desarrollado toda su carrera profesional en el gigante nipón, hasta alcanzar el sillón de mando.
Su figura fue clave en el desarrollo del Prius, así como un modelo de carreras del Toyota Corolla que funcionaba con motor de hidrógeno. En los últimos años, ha ejercido como ingeniero jefe, manager general y vicepresidente de Lexus Internacional, hasta que en 2020 asumió la dirección de la firma de lujo del grupo.
Con una personalidad enérgica, decidida y ambiciosa, su perfil combina conocimientos técnicos con experiencia en la gestión. Sus retos a corto plazo son lidiar con el aumento de precios en los materiales y la crisis de semiconductores para equilibrar cuentas, mientras modifica la estructura para competir, a medio y largo plazo, en la batalla por el negocio eléctrico.
«Amo fabricar carros. Por eso quiero ser un presidente que siga fabricando carros y demuestre el lugar de Toyota en esta industria». El 1 de abril, arranca la revolución Koji Sato.
Borja Santamaría
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