La industria automotriz está enfrentando desafíos importantes debido a las nuevas tendencias del mercado. Y es que las marcas tradicionales de toda la vida han tenido que irse adaptando a los nuevos tiempos, pero no todos los cambios han sido efectivos.
Expertos del sector explican que las nuevas tendencias de los vehículos eléctricos, las regulaciones ambientales y la amenaza de las marcas chinas en el mercado han puesto en jaque el sector automotriz tradicional.
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Por ende, hay varias marcas de vehículos que están en riesgo a desaparecer en los próximos cinco años. Y tu vehículo puede pertenecer a una de ellas.
Es una de las marcas más icónicas del sector automotriz, pero atraviesa una crisis que pone en riesgo su futuro. La compañía reportó una disminución del 93.5% en su beneficio neto durante el primer semestre fiscal de 2024, acumulando apenas 19,200 millones de yenes (121millones de dólares). Este desplome se debe a la caída global de ventas y ajustes en su producción.
En el periodo, Nissan vendió 1.59 millones de vehículos, un 3.8% menos que en 2023. En mercados clave como China, las ventas cayeron un 14.3%, mientras que en Estados Unidos disminuyeron un 3%, con 449,000 unidades vendidas. La empresa también anunció el despido de 9,000 empleados y una reducción del 20% en su capacidad operativa global.
El frenético avance de la competencia en vehículos eléctricos afecta a Nissan, a pesar de su historial como pionero en el sector. Además, las tensiones en su alianza con Renault y los lentos progresos en una potencial fusión con Honda generan mayor incertidumbre.
La marca busca recuperarse mediante ajustes operativos y nuevas estrategias. Sin embargo, los retos financieros y comerciales plantean dudas sobre su capacidad para mantenerse competitiva en un mercado en constante evolución.
Mitsubishi también enfrenta una situación complicada en el sector automotriz. La compañía, conocida por su enfoque en SUVs y tecnología híbrida, ha registrado una disminución en sus ventas globales.
Durante el primer semestre fiscal de 2024, Mitsubishi reportó una caída del 7% en sus ingresos, debido a la debilidad de la demanda en mercados clave como el sudeste asiático.
La relación entre Nissan y Mitsubishi es fundamental para ambas marcas. Nissan posee una participación del 34% en Mitsubishi Motors, lo que la convierte en su mayor accionista.
Esta alianza les permite compartir plataformas y tecnologías, especialmente en vehículos eléctricos e híbridos.
Sin embargo, los problemas financieros de Nissan han generado preocupación sobre el impacto que podría tener en Mitsubishi, particularmente en el desarrollo de nuevos modelos conjuntos.
A pesar de ello, los retos actuales podrían afectar la sostenibilidad de esta alianza, sumando presión a un panorama ya complejo.
Maserati atraviesa un momento crítico. En el primer semestre de 2024, la marca de lujo italiana reportó una pérdida neta de 82 millones de euros, una caída alarmante en comparación con el año anterior.
Las ventas también sufrieron una drástica reducción del 58%, reflejando el impacto de una estrategia comercial debilitada.
El retiro de modelos emblemáticos como el Quattroporte, el Ghibli y el Levante ha limitado la oferta de la marca, afectando su competitividad. Aunque Maserati había anunciado planes para electrificar su gama para 2028, la falta de confirmación sobre nuevos vehículos eléctricos ha generado incertidumbre.
El contexto financiero de Maserati también está influenciado por la reestructuración interna de Stellantis, su matriz. El CEO Carlos Tavares ha advertido que las marcas que no logren ser rentables podrían ser cerradas.
A pesar de estos retos, Stellantis ha afirmado que no tiene intención de vender Maserati, lo que sugiere un compromiso con su futuro, aunque depende de que la marca recupere su estabilidad financiera y enfoque estratégico.
Chrysler, también parte del grupo Stellantis, atraviesa momentos complicados. En el tercer trimestre de 2024, las ventas en Estados Unidos cayeron un 20%, afectando a varias de sus marcas, incluyendo Dodge y Alfa Romeo.
Chrysler no ha escapado de este descenso, sumándose a la disminución generalizada en la industria.
El grupo Stellantis también ha revisado a la baja sus expectativas financieras para 2024, con un flujo de caja libre negativo de entre 5.000 y 10.000 millones de euros.
Este ajuste refleja dificultades en la gestión de inventarios y producción, lo que podría complicar su rentabilidad a corto plazo.
A la caída de ventas se suma un problema serio de calidad. Chrysler tuvo que retirar más de 211.000 vehículos debido a una falla de software que desactivaba el sistema de control de estabilidad electrónica, lo que aumenta el riesgo de accidentes.
Con una fuerte competencia y una transición hacia los vehículos eléctricos, Chrysler enfrenta la presión de adaptarse rápidamente a las demandas del mercado. A pesar de la reducción de inventarios prevista para 2025, el futuro de la marca depende de mejorar su competitividad y estabilidad financiera.
Jaguar atraviesa tiempos difíciles tanto en ventas como en su imagen. En el tercer trimestre de 2024, la marca de lujo británica registró un aumento en sus ganancias, pero las ventas siguen siendo preocupantes.
Modelos tradicionales como el XE y el XF no han logrado atraer al público, lo que ha llevado a una drástica caída en sus ventas en mercados clave.
Además, la transición hacia vehículos eléctricos se complica por la falta de aceptación generalizada en su gama actual.
Recientemente, Jaguar desató una fuerte polémica con la presentación de su nuevo concepto eléctrico, el Type 00, durante la Miami Art Week.
La campaña publicitaria que acompañó el evento, centrada en diversidad y modelos andróginos, fue percibida por muchos como un alejamiento de la tradición de la marca.
En lugar de resaltar la potencia y el lujo de sus vehículos, la campaña se centró en un enfoque inclusivo que no resonó bien con los aficionados tradicionales de Jaguar.
La marca busca redefinir su imagen, pero la controversia podría afectar aún más su lucha por recuperar la relevancia en un mercado competitivo.
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