El espíritu emprendedor de la población femenina se torna cada vez más común; en América Latina y el Caribe se registra la más alta proporción de mujeres animadas a emprender su propio negocio; esta región tiene las cinco tasas más altas de emprendimiento femenino en etapa inicial.
Según datos suministrados por la Global Entrepreneurship Research Association, Ecuador y Chile lideraron la región contando con un 33.5% y 32.4% de emprendedoras entre 18-64 años, respectivamente, sobrepasando a los demás 48 países estudiados hasta por un 10%. Más de un tercio de estas mujeres se encuentran en la etapa inicial de haber establecido su propia empresa, es decir, los primeros 3.5 años. Esta proporción asciende a más del 32% en Chile y un 22% en Panamá, siendo su mayoría compañías concentradas en proveer servicios al consumidor. Este sector lidera el mercado señalando un cambio en la economía; los tradicionales se debilitan a favor de mercados de nuevo crecimiento, gracias a factores como recursos naturales, capital humano y financiero, junto al apoyo de gobiernos, que también influyen a la hora de materializar las ideas empresariales generadas por las mujeres.
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5 de las 8 economías latinoamericanas incluidas en el estudio registra el doble de participación emprendedora femenina en su etapa inicial. Las menores tasas de mujeres empresarias las tienen estados como España, Alemania, Japón e Italia, con proporciones menores al 7%. A mayor oferta de empleos y competitividad entre empresas, menor deseo de iniciativa empresarial tendrá la población. Por ejemplo, pese a que Japón es una de las 10 principales economías a nivel mundial, apenas un 2.9% de su población femenina emprende su propio negocio.
Las emprendedoras de Ecuador, Chile, Guatemala y Brasil, recorren, en su mayoría, el camino solitario hacia el éxito; estos países tienen los niveles más altos de actividad empresarial independiente, contando con más de un 20% de la población dentro de este sector. México y Puerto Rico figuran al final de la lista con un porcentaje similar (14 y 14.5), de igual forma con cifras significativas.
La actividad empresarial femenina asciende el 10% de la población adulta femenina en 21 de las 50 economías, demostrando que dentro de la lista de prioridades en diversos países se encuentra incrementar y fomentar la participación de la mujer en este sector.
“Ganarse la vida porque los trabajos son escasos” es la principal motivación de la población femenina entre las 50 naciones estudiadas en el sector de servicios al consumidor. 36 de cada 50 mujeres recurren al emprendedurismo como una vía alterna de sus ingresos mensuales. La motivación de la mujer emprendedora cambia su enfoque en países como Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, México, Panamá y Puerto Rico, que deciden emprender por una razón más allá de su propio bienestar: hacer una diferencia en el mundo.
La población femenina, tras haber sido opacada durante un largo periodo en la historia, muestra cifras de autorrealización esperanzadoras; este estudio es simplemente otra muestra del importante rol que cumple la mujer dentro del desarrollo económico mundial.
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