En un giro inesperado y tras meses de intensas disputas legales, Disney y los designados por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, han alcanzado un acuerdo que promete cambiar el panorama del turismo y el desarrollo en el estado. Este acuerdo no solo pone fin a un conflicto prolongado, sino que también abre la puerta a una inversión sin precedentes en el resort de Disney en Florida, con un monto que asciende a $17 mil millones de dólares y la posibilidad de un quinto parque temático.
El origen de esta disputa se remonta a la adquisición del distrito de Disney World por parte de DeSantis, una medida que surgió tras la oposición pública de Disney a la controvertida ley de Florida de 2022, comúnmente denominada «Don’t Say Gay«. Esta legislación, que prohíbe la enseñanza de orientación sexual e identidad de género en los primeros grados escolares, fue defendida con firmeza por el gobernador republicano.
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En respuesta a la crítica de Disney, DeSantis y la legislatura de Florida, controlada por los republicanos, aprobaron la toma del control del distrito, anteriormente administrado por aliados de Disney, nombrando una nueva junta de supervisores.
Este cambio abrupto en la administración del distrito llevó a una serie de demandas y contrademandas. Disney alegó que se habían violado sus derechos de libertad de expresión y que los acuerdos de última hora, firmados por los aliados de Disney antes del cambio de control, seguían siendo válidos.
La situación llegó a un punto crítico con múltiples litigios en tribunales estatales y federales.
En marzo, ambas partes decidieron suspender sus respectivas demandas y comenzar negociaciones para un nuevo acuerdo de desarrollo. Este acuerdo, que se votará próximamente, establece un marco de colaboración para los próximos 15 años y promete traer significativos beneficios económicos y de infraestructura a la región.
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Uno de los puntos más destacados del acuerdo es la autorización para que Disney construya un quinto parque temático importante, además de dos parques menores, posiblemente acuáticos, en su propiedad en Florida.
Esta expansión también incluye un aumento significativo en el número de habitaciones de hotel, que pasará de casi 40,000 a más de 53,000, así como una ampliación del espacio destinado a tiendas y restaurantes en más de un 20 %. Disney conservará el control sobre la altura de los edificios, asegurando así la continuidad de su entorno inmersivo y distintivo.
A cambio de estas concesiones, Disney se ha comprometido a donar hasta 100 acres (40 hectáreas) de sus 24,000 acres (9,700 hectáreas) en Disney World para la construcción de proyectos de infraestructura que serán controlados por el distrito.
Además, al menos la mitad de los proyectos de construcción futuros deberán ser adjudicados a empresas con sede en Florida. Como parte de sus responsabilidades sociales, Disney también invertirá al menos US $10 millones en viviendas asequibles para la comunidad del centro de Florida.
El acuerdo simboliza un nuevo comienzo para la relación entre Disney y el gobierno de Florida. Tras casi dos años de tensiones y enfrentamientos, ambas partes parecen haber encontrado un terreno común que promete beneficios tanto para la compañía como para el estado. La votación de los supervisores designados por DeSantis marcará el siguiente paso en esta transformación.
Este nuevo entendimiento no solo promete un auge económico para la región sino que también refleja un esfuerzo concertado por parte de ambas entidades para colaborar y avanzar hacia un futuro más próspero y cohesionado.
La colaboración entre Disney y los designados por DeSantis sienta un precedente positivo para futuros acuerdos entre empresas privadas y entidades gubernamentales. El desarrollo resultante de este acuerdo tiene el potencial de reforzar la posición de Florida como un destino turístico líder a nivel mundial, impulsando la economía local y mejorando la calidad de vida de sus residentes.
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