En lo que va del año 2024, decenas de empresas reconocidas a nivel mundial han enfrentado el difícil proceso de declararse en bancarrota en Estados Unidos. Ya sea por la acelerada evolución de las tendencias de consumo, el impacto persistente de la inflación, o por otros desafíos derivados de los estragos económicos globales, muchas organizaciones se han visto incapaces de mantener su estabilidad financiera.
La declaración de quiebra es un proceso legal que, dependiendo de la situación, puede implicar la reorganización o liquidación de una empresa bajo la supervisión de un tribunal. Si bien las razones que llevan a una compañía a tomar esta drástica decisión son diversas y complejas, algunas de las más comunes incluyen la insolvencia, la falta de rentabilidad, problemas legales, una competencia creciente y una gestión deficiente.
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En muchos casos, las empresas que se declaran en quiebra se acogen al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, que les permite reestructurar sus deudas y seguir operando, al menos durante el proceso. Sin embargo, las probabilidades de éxito no son altas: según InCharge Debt Solutions, solo alrededor del 10 % de las empresas que solicitan la protección bajo el Capítulo 11 logran salir con éxito, mientras que muchas acaban en una liquidación bajo el Capítulo 7.
Una empresa puede declararse en quiebra por diversas razones, algunas de las cuales incluyen:
Insolvencia. No poder cumplir con las obligaciones de deuda debido a una falta de liquidez o excesiva deuda.
Falta de rentabilidad. Empresas que no logran generar suficientes ingresos para cubrir sus costos operativos y financieros.
Problemas legales y regulatorios. Demandas costosas o multas regulatorias que agotan los recursos financieros.
Reestructuración necesaria. Empresas que buscan reorganizarse, en lugar de cerrar, mediante un proceso legal supervisado.
Factores externos. Condiciones económicas como recesiones, cambios legislativos o desastres naturales que afectan gravemente la operación.
Existen diferentes tipos de bancarrota según las necesidades de la empresa:
Capítulo 7 (Liquidación): La empresa cierra sus puertas y vende sus activos para pagar a los acreedores.
Capítulo 11 (Reorganización): La empresa continúa operando mientras reestructura sus deudas bajo la supervisión de un tribunal. Aunque es una medida preventiva, las posibilidades de éxito son limitadas, y muchas veces las empresas terminan liquidándose.
Capítulo 13 (Ajuste de Deudas): Utilizado principalmente por individuos, pero también aplicable a pequeñas empresas.
Fundada en 1946, la compañía se hizo mundialmente famosa por sus icónicos contenedores de plástico que revolucionaron la forma en que las personas almacenaban alimentos en sus hogares.
Durante décadas, Tupperware fue sinónimo de innovación y calidad, consolidándose como un nombre de confianza en millones de hogares alrededor del mundo. Sin embargo, la empresa no pudo adaptarse con éxito a los cambios radicales en las tendencias del mercado, lo que la llevó a declararse en bancarrota en septiembre de 2024.
La caída en las ventas, la competencia de marcas emergentes y su incapacidad para innovar en su modelo de negocio llevaron a la empresa a declararse en bancarrota. Tupperware se enfrentó a una fuerte presión económica que no pudo superar.
La quiebra de Avon, una de las compañías más históricas en la industria de cosméticos, marca el fin de una era para una marca que, durante muchos años, fue un referente en el mundo de la belleza. Fundada en 1886, Avon creció rápidamente gracias a su modelo de ventas directas y su enfoque en la venta de productos de belleza puerta a puerta, lo que le permitió ganarse la confianza de millones de mujeres en todo el mundo.
Uno de los factores más determinantes en la quiebra de Avon fue la caída dramática de sus ventas. A lo largo de los últimos años, la empresa no logró mantener el mismo nivel de ventas que en décadas anteriores. La falta de liquidez fue otro aspecto crítico, ya que la empresa no pudo generar suficiente flujo de efectivo para cubrir sus costos operativos ni sus deudas.
A pesar de sus esfuerzos por diversificar sus líneas de productos y expandir su presencia en nuevos mercados, las ventas de Avon continuaron disminuyendo debido a la falta de innovación y la creciente competencia de marcas más ágiles y con modelos de negocio más modernos
La quiebra de una reconocida cadena de restaurantes de mariscos pone de manifiesto los desafíos que enfrenta el sector de la restauración en un entorno económico cambiante y altamente competitivo. La empresa, conocida por su oferta de productos del mar y su amplia red de restaurantes, se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras en un intento de reestructurar sus operaciones y estabilizar sus finanzas.
Este movimiento refleja los profundos problemas que la compañía enfrentaba, marcados por elevados costos laborales, saturación de su red de restaurantes y una feroz competencia en el sector.
La expansión agresiva de la cadena resultó en una sobreoferta de restaurantes en ciertas regiones, lo que terminó cannibalizando las ventas entre sus propios establecimientos. Este fenómeno redujo la rentabilidad de las ubicaciones individuales, lo que agravó aún más los problemas financieros de la compañía.
La declaración de bancarrota de un grupo operador de franquicias de Arby’s, una reconocida cadena de comida rápida, refleja los desafíos profundos que enfrentan los franquiciados en un sector altamente competitivo y afectado por factores económicos adversos. Este grupo, responsable de administrar múltiples ubicaciones de la marca, se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras con el objetivo de reorganizar sus finanzas y explorar alternativas para mantenerse en operación.
La inflación generalizada impactó tanto en los costos de los insumos como en los precios al consumidor, limitando el poder adquisitivo de los clientes y aumentando significativamente los gastos operativos. Los precios más altos de ingredientes básicos como carne y pan afectaron la rentabilidad de las franquicias, que enfrentaron dificultades para trasladar estos aumentos a los consumidores sin perder competitividad.
La empresa KidKraft, conocida por sus juguetes de madera y muebles para niños, anunció su declaración de bancarrota debido a un entorno de mercado cada vez más desafiante. Enfrentando una caída significativa en las ventas, la compañía no logró adaptarse a las nuevas tendencias de consumo, marcadas por un cambio hacia los juguetes tecnológicos e interactivos, lo que impactó gravemente en sus ingresos y sostenibilidad financiera.
En los últimos años, el mercado de juguetes ha experimentado una transformación impulsada por la tecnología. Los consumidores, especialmente los más jóvenes, se sienten atraídos por productos que ofrecen experiencias digitales y conectividad. En contraste, el enfoque tradicional de KidKraft en juguetes y muebles de madera, aunque valorado por su durabilidad y diseño clásico, perdió atractivo frente a las ofertas tecnológicas de la competencia.
La compañía tampoco pudo capitalizar suficientemente en las tendencias emergentes de personalización y educación interactiva, que dominan el mercado de juguetes en la actualidad.
iSun, un proveedor de sistemas de energía solar que había sido un jugador prometedor en el mercado de las energías renovables, se declaró en bancarrota en junio 2024, enfrentando graves problemas financieros y la incapacidad de mantenerse competitivo en un sector cada vez más dinámico. La empresa, que se especializaba en soluciones de energía solar para hogares y empresas, no logró adaptarse a los rápidos avances tecnológicos ni a los cambios en la demanda del mercado, lo que la llevó a la quiebra.
La creciente presión financiera fue uno de los principales factores que condujo a iSun a la quiebra. A pesar de la creciente demanda de energías renovables, iSun no logró optimizar sus operaciones ni gestionar adecuadamente su flujo de caja. Los altos costos operativos, la falta de acceso a capital y la incapacidad para generar márgenes sostenibles afectaron su rentabilidad.
La declaración de bancarrota bajo el Capítulo 11 permite a iSun continuar operando mientras reestructura sus deudas y trata de encontrar una manera de volver a la rentabilidad.
LaVie Care Centers, una red de centros de atención de enfermería y hogares de ancianos, se declaró en bancarrota en 2024, enfrentando una serie de desafíos financieros que se combinaron para poner en riesgo su viabilidad a largo plazo. La empresa, que operaba en un sector crucial para la salud y el bienestar de los adultos mayores, no pudo superar las presiones económicas derivadas de altos niveles de deuda, costos operativos crecientes, y la fuerte competencia en el sector de la atención geriátrica.
Uno de los factores más determinantes en la quiebra de LaVie Care Centers fue su creciente carga de deuda. La empresa, que dependía en gran medida de los ingresos generados por sus centros de atención, no pudo gestionar adecuadamente sus pasivos financieros a medida que los costos operativos aumentaron y la demanda de sus servicios fluctuó. La carga de la deuda, combinada con los bajos márgenes de rentabilidad del sector de la salud, dificultó su capacidad para mantenerse a flote financieramente.
Takeoff Technologies, una empresa que se especializaba en ofrecer soluciones de automatización para pedidos de comestibles en línea, se declaró en bancarrota tras enfrentar una serie de desafíos financieros y competitivos que impidieron su crecimiento y supervivencia en un mercado cada vez más exigente.
A pesar de contar con un modelo de negocio basado en la tecnología avanzada para mejorar la eficiencia en el comercio de comestibles, la falta de inversión adecuada y la incapacidad para escalar su modelo de negocio en un entorno de rápida evolución fueron factores clave en su caída.
Uno de los factores determinantes en la quiebra de Takeoff Technologies fue la escasez de inversión para financiar su expansión y mejorar sus soluciones tecnológicas. En una industria tan dinámica como la de la automatización de pedidos de comestibles, las empresas deben contar con un flujo constante de capital para mantenerse a la vanguardia de la innovación. Takeoff Technologies no logró atraer suficientes inversores para cubrir sus necesidades de crecimiento y desarrollo, lo que limitó su capacidad para competir efectivamente con otras empresas del sector.
La cadena de ropa Rue21, conocida por sus prendas asequibles y orientadas a un público joven, se declaró en bancarrota debido a una serie de problemas financieros y estratégicos que incluyeron la caída en las ventas y la incapacidad para adaptarse a las cambiantes tendencias del mercado de la moda.
Durante años, Rue21 fue un jugador importante en la moda juvenil, pero su modelo de negocio no logró evolucionar lo suficientemente rápido para mantenerse al día con las preferencias de los consumidores y los desafíos del sector minorista, especialmente en un entorno digital en constante cambio.
A pesar de ser una marca popular entre los adolescentes y jóvenes adultos durante su apogeo, Rue21 comenzó a experimentar una notable caída en sus ventas en los últimos años. La empresa no logró generar suficiente atractivo entre su base de consumidores clave, quienes se vieron atraídos por otras marcas que ofrecían productos más alineados con las nuevas tendencias y estilos, a menudo impulsadas por las redes sociales y la moda rápida.
A pesar de su sólido desempeño en el sector de aerolíneas de bajo costo, Spirit Airlines se declaró en bancarrota bajo el Capítulo 11 debido a una serie de problemas financieros y operativos que erosionaron su rentabilidad. A lo largo de los años, la aerolínea había sido un jugador clave en la industria, destacándose por su modelo de negocio de «bajo costo y tarifas adicionales», lo que le permitió mantener precios atractivos para los pasajeros. Sin embargo, una combinación de factores externos e internos terminó por llevarla a una situación financiera insostenible.
Uno de los factores más críticos que contribuyó a la bancarrota de Spirit Airlines fue la fallida fusión con JetBlue Airways, una operación que había sido anunciada con grandes expectativas. Si bien esta fusión podría haber fortalecido la posición de Spirit en el mercado, la intervención de las autoridades antimonopolio de EE.UU. impidió que se concretara.
Los reguladores de la competencia consideraron que la fusión reduciría la competencia en el sector de aerolíneas de bajo costo, lo que obligó a ambas aerolíneas a abandonar el acuerdo. La cancelación de la fusión dejó a Spirit Airlines vulnerable, sin el respaldo de una estructura más fuerte que podría haber ayudado a superar las presiones económicas.
La famosa cadena estadounidense de restaurantes informales TGI Fridays Inc. se acogió al Capítulo 11 de protección por bancarrota, un paso que le permitirá reestructurar sus operaciones y reorganizar sus deudas bajo la supervisión de un tribunal. En un comunicado oficial, la compañía explicó que la pandemia de COVID-19 fue el «principal impulsor de sus financieras», y que este proceso le ofrecerá la oportunidad de explorar «alternativas estratégicas» para asegurar su viabilidad a largo plazo.
TGI Fridays, que en su mayoría opera con restaurantes físicos, sufrió una caída drástica en las ventas debido a las restricciones sanitarias, el cierre temporal de locales y la disminución de la demanda de comensales. Aunque la marca logró adaptarse rápidamente con servicios de entrega a domicilio y ventas para llevar, los efectos prolongados de la pandemia en el comportamiento del consumidor, junto con la reducción de la capacidad operativa, afectaron gravemente su flujo de caja y su rentabilidad.
Además de las pérdidas directas causadas por el cierre de restaurantes, TGI Fridays se vio enfrentada a una competencia cada vez más feroz en el sector de la restauración, especialmente con el aumento de opciones de comida rápida, la expansión de plataformas de entrega y la preferencia de los consumidores por experiencias gastronómicas más convenientes y saludables. Esta situación exacerbó aún más las presiones financieras que la compañía ya estaba enfrentando.
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