Dismorfia monetaria: el problema de Millennials y Gen Z  - Revista Mercado
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Dismorfia monetaria: el problema de Millennials y Gen Z 

Por | septiembre 10, 2024

Las redes sociales han transformado la manera en que las personas perciben su vida diaria, incluyendo sus finanzas. Un nuevo término, “dismorfia monetaria”, ha comenzado a tomar relevancia, especialmente entre Millennials y la Generación Z. Este fenómeno afecta la relación que estas generaciones tienen con el dinero y sus hábitos financieros, creando una distorsión entre la realidad económica y las expectativas de consumo.

¿Qué es la dismorfia monetaria? 

La dismorfia monetaria es una distorsión en la percepción de las propias finanzas, similar a lo que ocurre con la dismorfia corporal, pero aplicada al dinero. Las personas que experimentan este fenómeno sienten una inseguridad irracional acerca de su situación financiera. Esto sucede aun cuando sus ingresos sean suficientes para cubrir sus necesidades. La constante exposición a estilos de vida ostentosos en redes sociales potencia esta sensación de insuficiencia, lo que lleva a muchos a gastar más de lo que pueden permitirse.

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Aunque no es un diagnóstico oficial, la dismorfia monetaria es una tendencia en aumento, especialmente entre Millennials y la Generación Z. Estas generaciones crecieron rodeadas por la influencia digital, donde las comparaciones son inevitables y la presión por seguir las tendencias es alta.

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Redes sociales y la ilusión del gasto ilimitado 

Plataformas como TikTok e Instagram, donde los usuarios comparten momentos de lujo y ostentación, alimentan este fenómeno. Frases como “para eso trabajo, la plata es mía” se han vuelto virales, reflejando la actitud de muchos hacia el gasto impulsivo. La idea de que el dinero es para disfrutar ahora, sin pensar en el futuro, ha calado en el comportamiento financiero de muchos jóvenes.

Sin embargo, detrás de esa mentalidad existe una preocupación creciente. Con el aumento del costo de vida tras la pandemia de COVID-19 y la inflación, muchos sienten que las metas financieras tradicionales son inalcanzables. Comprar una casa o ahorrar para la jubilación parecen objetivos imposibles. Esta realidad empuja a las generaciones más jóvenes a priorizar los gastos inmediatos sobre el ahorro a largo plazo. Este comportamiento puede generar problemas financieros serios.

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El impacto de la dismorfia monetaria en Millennials y Gen Z 

El impacto de la dismorfia monetaria es más profundo de lo que parece. Según un estudio de Credit Karma en Estados Unidos, el 43% de los integrantes de la Generación Z y el 41% de los Millennials admiten que luchan con las comparaciones financieras. Este grupo se siente rezagado económicamente en comparación con sus pares, lo que incrementa la presión por gastar para mantener un estatus social. 

Esta presión afecta no solo sus hábitos de consumo, sino también su salud mental. Las personas que padecen dismorfia monetaria suelen sentir ansiedad por el dinero, un miedo constante a no tener suficiente, y esto puede llevarlas a tomar decisiones económicas irresponsables. Gastos excesivos en ropa, gadgets y experiencias que ven en redes sociales son solo algunos ejemplos de cómo este fenómeno puede afectar su vida diaria. 

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La desconexión entre las prioridades financieras de generaciones anteriores y actuales 

A diferencia de las generaciones anteriores, que se centraban en adquirir bienes duraderos como una casa o ahorrar para el futuro, los Millennials y la Generación Z priorizan los gastos en experiencias y bienes de lujo a corto plazo. Esta desconexión no es solo una cuestión de mentalidad, sino también de realidad económica. Comprar una vivienda es significativamente más caro hoy que hace 30 años, al igual que otros gastos importantes como la educación y el cuidado infantil. 

En lugar de enfocarse en construir una base financiera sólida, muchos jóvenes están más interesados en mantener un estilo de vida que refleje lo que ven en las redes sociales. Esta obsesión por aparentar un cierto nivel de éxito puede llevarlos a endeudarse y a ignorar las necesidades financieras más básicas, como tener un fondo de emergencia o ahorrar para la jubilación. 

¿Cómo salir de la dismorfia monetaria? 

El primer paso para superar la dismorfia monetaria es reconocer que existe. Aceptar que las decisiones financieras están siendo influenciadas por factores externos, como las redes sociales y la presión social, es esencial para poder cambiar el comportamiento. Reflexionar sobre los hábitos de gasto y las verdaderas necesidades puede ayudar a recuperar el control sobre las finanzas personales. 

Además, buscar asesoramiento financiero profesional puede ser clave para planificar de manera adecuada. Un asesor puede ayudar a crear un presupuesto realista, reducir gastos innecesarios y encontrar un equilibrio entre disfrutar del presente y ahorrar para el futuro. 

Otro aspecto importante es desarrollar una mentalidad financiera saludable. Esto implica dejar de lado la comparación constante con los demás y centrarse en las propias metas y necesidades. Entender que las redes sociales muestran solo una versión idealizada de la vida y que no siempre reflejan la realidad es fundamental para reducir la ansiedad financiera. 

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Un fenómeno cada vez más común 

La dismorfia monetaria es un fenómeno cada vez más común en un mundo donde las redes sociales amplifican las comparaciones y crean expectativas poco realistas sobre el estilo de vida. Si bien es fácil caer en la trampa de gastar más de lo que se puede permitir para aparentar, es importante tomar conciencia de este problema y buscar soluciones para proteger la salud financiera a largo plazo. 

Reconocer el impacto de las redes sociales en las decisiones económicas, ajustar los hábitos de consumo y planificar con responsabilidad son pasos necesarios para evitar las consecuencias negativas de la dismorfia monetaria. Solo así se podrá construir una relación más sana con el dinero y asegurar una estabilidad financiera en el futuro.  

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