Con la llegada del verano, aumenta la atención sobre la dismorfofobia, también conocida como miedo a la deformidad. Este trastorno somatomorfo se caracteriza por la preocupación excesiva por defectos percibidos en el cuerpo, lo que puede llevar a una angustia significativa y afectar la vida diaria de quienes lo padecen. Esto es frecuente en la temporada estival y más aún en la República Dominicana, con sus actividades al aire libre y trajes de baño, puede intensificar estos sentimientos al exponer más el cuerpo.
La dismorfofobia implica una percepción extremadamente negativa del propio cuerpo o de alguna parte específica del mismo. Las personas con este trastorno suelen obsesionarse con estas imperfecciones percibidas, dedicando tiempo y recursos a ocultarlas o corregirlas. Esto puede incluir el uso excesivo de cosméticos, la práctica compulsiva de ejercicio o incluso someterse a múltiples cirugías estéticas que, a menudo, no satisfacen sus expectativas.
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Las causas de la dismorfofobia no se entienden completamente, pero se cree que una combinación de factores genéticos, biológicos, psicológicos y sociales puede contribuir a su desarrollo. Laura Palomares, psicóloga de Avance Psicólogos, explica a la ABC que, «una elevada autoexigencia, baja autoestima, perfeccionismo y la necesidad de aprobación suelen estar detrás de este trastorno». Otros factores pueden incluir anomalías cerebrales, predisposición genética, y traumas o influencias sociales y mediáticas.
Las personas con dismorfofobia a menudo experimentan pensamientos intrusivos sobre sus defectos percibidos, que pueden generar ansiedad, conductas compulsivas y depresión. Este trastorno frecuentemente coexiste con otras afecciones de salud mental, como trastornos de ansiedad, que afectan a alrededor del 60% de quienes lo padecen. Laura Palomares advierte que «este malestar mantenido en el tiempo acaba provocando una elevada ansiedad y depresión», afectando las relaciones sociales y provocando sentimientos de desesperanza.
Afortunadamente, la dismorfofobia puede tratarse. Existen terapias específicas centradas en mejorar la autoestima, ajustar la auto percepción y gestionar las emociones de vergüenza y necesidad de aprobación. Con el apoyo adecuado, las personas pueden aprender a ver su cuerpo de manera más positiva y reducir el impacto del trastorno en sus vidas.
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La dismorfofobia es un trastorno complejo que puede intensificarse durante el verano, cuando el cuerpo está más expuesto. Comprender sus causas, síntomas y opciones de tratamiento es crucial para ofrecer apoyo a quienes lo padecen y fomentar una percepción corporal saludable.
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