El gobierno cubano tomó pasos innovadores para América Latina, desde los inicios de 2021 empezó el desarrollo de cinco posibles vacunas contra covid-19. Soberana II es la candidata más avanzada, actualmente se encuentra en la Fase III de los ensayos clínicos mientras las filas de voluntariado dan vuelta a la esquina.
Hay escasez de productos básicos como pasta de dientes, desodorante, jabón, papel sanitario, arroz y medicamentos como paracetamol, pese a esto, es el país más preparado de Latinoamérica para desarrollar una vacuna para combatir el letal virus.
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Soberana II y Abdala (en conmemoración a un poema escrito por el ícono cubano José Martí) son las dos inoculaciones en espera de la aprobación final, mientras el país se enfrenta ante una preocupante alza en casos positivos –1,051 en 24 horas–.
Sin embargo, Cuba se caracterizó durante el primer año de la pandemia por ser uno de los mejores países en controlar los contagios, terminando 2020 con 12,225 infectados y 146 muertes contando con una población de más de 11 millones.
El sector biotecnológico cubano es libre de intereses privados, es decir, pertenece al estado, por lo cual se dedica por completo a asumir las necesidades fiscales y administrativas de sus ciudadanos.
Los cubanos gozan del lujo de atención médica gratis; solo cubren sus medicamentos –en caso de ser pacientes ambulatorios–, prótesis, lentes, muletas, entre otros. No siempre todo fue color de rosas, la Revolución lo hizo posible.
Gracias al efectivo sistema, la nación comunista es capaz de producir «entre el 60 y 70% de los medicamentos que consume en el país, un imperativo por el bloqueo de Estados Unidos y el costo de los medicamentos en el mercado internacional», según afirma Helen Yaffe, docente especializada en desarrollo de Cuba y L.A.
Descrita como única en comparación a las demás en el mercado, Soberana II, combina su dominio de unión al receptor del antígeno con una forma desactivada de tétanos para así estimular la respuesta del sistema inmunológico.
Idania Caballero, científica de BioCubaFarma hizo esperanzadoras afirmaciones sobre el éxito de otras vacunas producidas en la pequeña isla comunista: «La tasa de mortalidad por enfermedades infecciosas en Cuba, incluso durante el COVID, es inferior al 1%. Cuba vacuna hoy contra 13 enfermedades con 11 vacunas«, haciendo hincapié en el hecho de que 8 se producen localmente.
El país decidió dar el primer paso en la creación de las inyecciones puesto a su dificultad para acceder a las extranjeras (SputnikV, AstraZeneca, Johnson & Johnson…).
Aproximadamente 44,000 voluntarios se presentaron a los centros de vacunación desplegados en las regiones con alta incidencia del nuevo coronavirus para formar parte de los ensayos; a la fecha se han fabricado más de 300,000 dosis con la esperanza de resultados positivos.
Cuba coopera con Irán para probar la eficacia de la Soberana II, otras 50,000 personas voluntarias serán inyectadas con la nueva vacuna en el país de Oriente Medio.
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