En un año y medio, cambió el ritmo del mundo… en lo que pasaba una estrella fugaz, el covid-19 impacta al globo por cuarta vez, quitándole la vida a millones de personas, mientras transformó por completo a la sociedad.
Desde hace meses atrás, la India se enfrenta ante una devastadora ola del nuevo coronavirus, la tasa de positividad ha incrementado exponencialmente, las muertes por igual y el sistema sanitario está totalmente destruido: no hay suficiente oxígeno.
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Los jefes de Estado se solidarizaron con la nación india, levantando límites para hacer lo posible por prestar una mano. Desde el Departamento de Defensa, Estados Unidos provee insumos como ventiladores y equipos de protección personal, al igual que materias primas para producir vacunas contra la enfermedad.
Hasta la fecha, se han confirmado casi 17 millones de casos positivos y 192,000 muertes desde el inicio de la pandemia hace más de un año, pero las cifras pueden estar lejos de la realidad, pues problemas logísticos –población abundante– dificultan obtener datos con certeza.
En palabras llanas: el covid-19 nunca ha sido aislado, es un problema de todos. Mantener las fronteras y aeropuertos cerrados indefinidamente no es factible, el turismo mueve la economía mundial, eliminarlo no es una opción.
Poco a poco la situación se agrava, solo vasta con analizar cómo empezó la crisis: detectaron algunos casos en una ciudad china y ahora es raro encontrar un rincón libre de la enfermedad.
México detectó el primer caso positivo con la variante identificada en La India, las autoridades de salud se enfrentan a un nuevo reto mientras registra más de 217,000 muertes a causa del nuevo coronavirus y hasta 2,3 millones de casos confirmados.
Siendo así, México es el tercer país del mundo con más decesos, por detrás de Estados Unidos y Brasil, y el decimoquinto en número de contagios confirmados, según la Universidad Johns Hopkins.
Datos confirman que, hasta la fecha, más de 7 millones de personas han recibido las dosis necesarias para completar el esquema de vacunación. El país tiene comprometidos 34,4 millones de dosis de la vacuna estadounidense Pfizer, 79,4 millones de la británica AstraZeneca, 35 millones de la china CanSino, 24 millones de la rusa Sputnik V, 20 millones de la china Sinovac, 12 millones de la también china Sinopharm y 51,4 millones de la plataforma Covax.
Desde el inicio de la pandemia, Brasil ha carecido descanso, incluso debió enfrentarse a una crisis política, pues más de tres personas han ocupado el cargo de «ministro de Salud» en tan solo un año.
El país suma ahora 14.754.910 casos confirmados y totaliza 407.639 fallecimientos. El boletín más reciente indicó un descenso considerable en el número de muertes diarias (-54,7 %) y en el de infectados (-56,7 %) en comparación con las 24 horas anteriores.
En abril vivió el mes más letal entre los catorce de la pandemia y frenó la campaña de vacunación por falta de inmunizantes, comenzó a recibir este fin de semana nuevas dosis importadas que se suman a las producidas localmente de Coronavac (Sinovac/Butantan) y Covishield (AstraZeneca/Fiocruz).
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