El embate del coronavirus aún genera alteraciones en las cadenas de suministro. Como consecuencia de la rápida recuperación económica global, los fabricantes de chips, microestructuras de silicio semiconductoras, se enfrentan a un aumento repentino de la demanda al cual no pueden responder ágilmente. Estos elementos son piezas fundamentales de los dispositivos de consumo modernos. La marca japonesa de automóviles Toyota, reporta que, por esa razón, solo entregará en septiembre el 40% de las 900,000 unidades previstas.
Mientras Toyota confirmaba que sus líneas de ensamblaje están actualmente inactivas, su cotización en Tokio caía este jueves más de un 4%. Poco después, el anuncio se replicaba como dominó en Wolfsburgo, casa del gigante automotriz alemán Volkswagen, número 2 de la industria. Este último es el propietario de los sellos Audi, Porsche y Bugatti, entre otros. Después de las vacaciones de verano, que finalizan el domingo, la capacidad de producción se reducirá a la mitad. La cotización de las acciones de Volkswagen en Frankfurt caía a su peor precio del año
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Volkswagen ha dicho que los cuellos de botella en el suministro de chips conducirían a una «disponibilidad limitada de varios modelos» en el futuro próximo. Así como a que no se reciban más pedidos masivos hasta 2022. La situación se ve agravada actualmente por la variante Delta, que está provocando cierres de plantas de los proveedores en Asia. Toyota por su parte ha hablado de «cuellos de botella en las entregas debido a parálisis en Vietnam y Tailandia». Los impasses en el suministro serían más severos de lo esperado por la industria.
Las cuentas de los líderes del sector sufrirían una fuerte sacudida. Según un informe de la consultora Bain&Company, las pérdidas en 2021 a causa de la escasez de este material serían de unos $60,000 millones de dólares. En primer momento las estimaciones eran que el suministro se recuperase en la segunda mitad de 2021; ahora se apunta a la primavera boreal de 2022. Como se ha constatado, para adecuar el ritmo de entregas de vehículos a la disponibilidad de los componentes, las marcas estarían cesando personal y ralentizando su operación.
Infineon, uno de los proveedores de chips más importantes para la industria automotriz, opera 2 grandes plantas en Malasia, cerradas desde hace 20 días debido a casos masivos de contagio. Para los involucrados en la cadena de valor, esta escasez estaría provocando a su vez que los costos de transporte aumenten. Se han enviado chips en avión para que estén disponibles para la producción a tiempo. Además, los contenedores a veces solo se piden medio llenos. En las circunstancias actuales los costos de transporte especiales serían de más de $350 mdd.
Incluso con las plantas existentes trabajando a plena capacidad, fabricar más semiconductores no es una cuestión sencilla. Por otra parte, se necesitan entre 18 y 36 meses para construir y empezar a operar una instalación nueva. TSMC y Samsung, que se encuentran entre los principales productores de chips, ya han invertido millas de millones para acelerar un nuevo proceso de fabricación de semiconductores de 5 nanómetros. Se trata de una referencia muy compleja para impulsar los últimos productos de vanguardia. Se teme un aumento de los precios de la tecnología de consumo. (mov)
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