Una de cada cuatro personas es una Persona Altamente Sensible (PAS). Quizás, sin saberlo, podrías ser tú o alguien muy cercano a ti. Según la psicóloga Rocío García Torres, experta en bienestar emocional y gestión del estrés, un PAS no es alguien con un diagnóstico clínico, sino una persona con una mayor sensibilidad al procesamiento sensorial. Esta característica, lejos de ser un problema, puede convertirse en una fortaleza si se maneja adecuadamente.
Las personas altamente sensibles suelen experimentar las emociones con una mayor intensidad y necesitan más tiempo para adaptarse a los cambios. Esta reactividad emocional puede hacer que se descompensen más fácilmente ante situaciones que otras personas considerarían normales. La sensibilidad al dolor, tanto físico como emocional, es común en los PAS, así como la dificultad para lidiar con ciertos estímulos, como olores fuertes o críticas.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
García Torres subraya que el éxito para una persona altamente sensible radica en aceptar su sensibilidad y trabajar desde el autoconocimiento. Esto implica conocer sus fortalezas y debilidades, y adaptarse a ellas. Aunque la sensibilidad puede llevar a estas personas a evitar la soledad o a buscar grupos pequeños y vínculos significativos, también es importante que encuentren un equilibrio y aprendan a manejar su reactividad emocional.
A pesar de los desafíos, ser una persona altamente sensible tiene muchas ventajas. Los PAS suelen ser intuitivos y empáticos, lo que les permite detectar con mayor facilidad lo que otros no perciben. Esta sensibilidad puede ser una herramienta poderosa para ayudar a los demás, especialmente en profesiones relacionadas con el cuidado de las personas o en campos creativos.
La hiperactividad sensorial de los PAS puede llevarles a somatizar, experimentar dolores o tener dificultades para encajar en ciertos entornos sociales. La crítica y la multitarea también pueden ser particularmente desafiantes. Sin embargo, es crucial que los PAS trabajen en su autoconfianza y aprendan a manejar estas situaciones, idealmente con el apoyo de un terapeuta.
Detectar si eres una persona altamente sensible requiere introspección. García Torres recomienda hacer una revisión de vida para identificar las circunstancias que te han hecho más sensible. La terapia y el autoconocimiento son herramientas esenciales en este proceso, permitiéndote entender mejor tus reacciones y respuestas emocionales.
Si conoces a alguien que es una persona altamente sensible, es importante que muestres empatía y tacto. Las PAS pueden ser más susceptibles a la crítica y tienden a compararse con los demás, lo que puede llevarles al aislamiento. Al interactuar con ellos, es fundamental animarles a participar, validar sus opiniones y ayudarlos a sentirse seguros sin tratarlos como si fueran frágiles.
En una relación de pareja, los PAS pueden tener dificultades para poner límites o ser asertivos. Es ideal que se relacionen con personas que compartan su sensibilidad y que puedan apoyarles en la toma de decisiones, fomentando un ambiente de comunicación abierta y respeto mutuo.
Ser una persona altamente sensible no es una debilidad, sino una característica que, bien manejada, puede ser una gran fortaleza. Con autoconocimiento, empatía y las herramientas adecuadas, los PAS pueden aprender a navegar por la vida de manera efectiva, utilizando su sensibilidad como un recurso valioso en sus relaciones personales y profesionales.
