Una de las pocas cosas positivas en un año tan difícil han sido los correos electrónicos mensuales de mi aplicación de presupuestos que muestran grandes disminuciones en mis gastos. No puedo llevarme mucho crédito por las reducciones, dadas todas las restricciones y riesgos asociados al covid-19 que han impedido que mi familia gaste a su capacidad habitual. Pero aun así, es bueno ver que algo se mueve en la dirección correcta.
La aplicación muestra que hemos estado ahorrando entre US$2.000 y US$3.500 cada mes desde marzo. Y, comparado con el mismo período de 2019, nuestros saldos de las tarjetas de crédito han bajado entre 25% y 30%, debido principalmente a una suspensión total de los viajes, las cenas y mis visitas a la peluquería para tinturar el cabello tres veces al año.
Accede a las historias más relevantes de negocios, bienestar y tecnología. Entérate de nuestros rankings y eventos exclusivos. Suscríbete y recibe en tu correo el mejor contenido de Mercado.
Esto se hace eco de algunas de las tendencias de gasto más amplias en Estados Unidos. Según la Oficina de Análisis Económico del país, categorías como el vestuario, la recreación y los servicios de alimentos experimentaron rápidas contracciones en el segundo trimestre de 2020 en comparación con los trimestres anteriores.
Algunos de estos hábitos de gasto surgidos durante la pandemia llegaron para quedarse, al menos por un tiempo. Estimo que, con mi nuevo estilo de vida, puedo ahorrar alrededor de US$10.000 al año sin detrimento de mi satisfacción general. En su lugar, eso puede abrir mi cuenta bancaria a las cosas que este 2020 me ha enseñado que importan más.
No me voy a descuidar, pero no necesito todas esas costosas cosas para el bienestar que los instagramers me han dicho que son esenciales. ¿Sabe lo que es realmente esencial? Dormir, beber agua y mantenerse alejado de las redes sociales.
Dicho esto, sí pagué en agosto más de US$100 por un corte de cabello, para lo cual viajé hasta Manhattan. Fue mi primer corte en siete meses, e inmediatamente sentí que reviví. Sin embargo, mis raíces grises, pueden esperar; y las puedo controlar con un kit de coloración en casa de US$29 en lugar de una cita de US$200 en el salón. Una vez probé el kit para autoaplicarse el tinte en casa, me encantó su resultado y ahora soy adicta.
Las manicuras (US$80 por mes) también regresarán, pero serán mucho menos frecuentes. Y a medida que nos volvíamos más conscientes de los costos durante la pandemia, descubrí que el exfoliante facial de la marca Target (US$4) puede ser tan eficaz como otros más lujosos (US$24).
Ahorro anual estimado: US$1.400
Ahora hago muchas más compras de alimentos que antes de la pandemia, lo que me ha enseñado cómo aprovechar al máximo mi dinero sin dejar de comer de manera saludable; la clave es optar por las marcas propias de las tiendas, que son más baratas, siempre que sea posible. Las ventas de productos de marca propia, según Nielsen, aumentaron 29% desde marzo, más que las ventas de productos de marca regular, que crecieron 24%. Estimo que estoy ahorrando entre US$30 y US$40 por semana al evitar comprar las marcas más caras.
Ahorro anual estimado: US$1.500
Como no hay ningún lugar muy emocionante donde ir en estos días, mi armario no ha variado desde marzo. Una vez que el mundo vuelva a abrir para siempre, será más probable que me compre una nueva chaqueta o un vestido colorido. Pero el vestuario de “moda rápida” de marcas como Zara y H&M ya no será mi primera opción. Me he dado cuenta de que un armario lleno de ropa es inútil. En su lugar, planeo invertir más en un armario de artículos de alta calidad. Gastar más en prendas de vestuario hoy puede significar ahorrar más dinero a largo plazo.
Ahorro anual estimado: US$250
En junio de 2020, los restaurantes ocuparon el 1,2% de nuestro estado de cuenta general de la tarjeta de crédito, lo que se compara con el casi 8% de un año antes, cuando comíamos (o pedíamos) unas cinco noches a la semana. Eso equivale a cientos de dólares en ahorros mensuales que no extrañamos. ¿Es más fácil ordenar comida y recibirla en casa? Claro, pero después de estar más o menos obligada a cocinar estos últimos meses, descubrí algunas satisfacciones en el ritual. Me encanta cuando mis hijos nos ven preparar la cena. Se reúnen alrededor del mesón, abren su apetito y preguntan: “¿Qué estás haciendo?” y “¿Puedo ayudar?”. Me encanta cuando los olores a ajo tostado y especias inundan nuestra casa, una reminiscencia de mi niñez. Estamos generando grandes recuerdos y ahora no puedo imaginar volver a las antiguas formas de comer.
Ahorro anual estimado: US$5.000
La antigua Farnoosh gastaría ciegamente US$300 al mes en costosas clases de gimnasia como sesiones de cardio box y del método “barre”, pero en los últimos seis meses, he optado por una mejor alimentación, he entrenado en casa y comencé a correr más, todo lo cual ha dado resultados similares. Sin embargo, sí extraño la clase de “barre”, que no se puede replicar en casa. Por lo tanto, probablemente volveré a asistir a algunas de esas cada mes de forma presencial.
Ahorro anual estimado: US$1.800
Estoy segura de que, una vez que el mundo reanude un mayor nivel de normalidad, volveremos a nuestros viejos hábitos de gasto. Yo, por mi parte, no puedo esperar para viajar a otro lugar que no sea el supermercado. Pero la recesión, sin duda, me ha enseñado algunas grandes lecciones sobre lo que me importa y lo que puedo hacer por mí misma.
El mes pasado, por ejemplo, reemplacé mi Macbook 2011 por el modelo más nuevo porque trabajar desde casa todo el día lo amerita. He aprendido a no esperar tanto para invertir en tecnología, especialmente para trabajar. También pagué más por utensilios de cocina de mejor calidad este verano, lo que hace que cocinar sea una experiencia más agradable. Finalmente, nuestras donaciones caritativas aumentaron en 2020, ya que el año dejó muy en claro que, con pequeños sacrificios, tenemos más margen para dar.
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.