Controlar la cadena de suministro de chips es la llave para dominar la cuarta revolución industrial. Esa certeza ha convertido a los semiconductores en el mayor tesoro del universo productivo. Por ello, las grandes potencias siguen dando paso para manejar la producción. ¿Cómo avanza cada una de ellas? ¿Y cómo se mueve la República Dominicana?
En los últimos días, el Gobierno de Joe Biden anunció una fuerte inversión en Intel. En concreto, la compañía recibirá una ayuda directa de US$8,500 millones y una línea de financiación de US$11,000 millones a condiciones muy favorables.
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Con estas cantidades, Intel construirá cuatro plantas de producción de chips en diferentes puntos del país (entre ellos, Arizona, clave para las elecciones de noviembre). La empresa anunció previamente que invertirá US$100,000 millones en Estados Unidos en cinco años.
Se trata de un paso más dentro de un plan de país coronado con la Ley CHIPS, acordada por el Partido Demócrata y el Partido Republicano y con la que se busca aumentar el potencial de investigación y desarrollo de semiconductores en el país. El objetivo final es producir el 20 % de los chips del planeta para 2030.
Una duda geopolítica sobrevuela esta decidida apuesta de Estados Unidos por ganar terreno como productor de chips semiconductores: ¿qué sucederá con Taiwán?
La isla es la gran fabricante de chips del planeta, con la empresa TSMC como punta de lanza. EE.UU. es su principal defensor en sus tensiones con China, pero si comienzan a competir por liderar el sector de los chips, eso podría modificar el tablero. Por el momento, son sólo supuestos.
Además de su potencial económico, Taiwán juega un papel estratégico para controlar la zona asiática, al estar a 180 kilómetros de China y cerca de Japón o Corea del Sur.
Como en todo lo relacionado con innovaciones tecnológicas, China avanza en el sector de los semiconductores con la ambición de liderar la industria. Para ello, planea aumentar un 12 % su capacidad de fabricación sólo en 2024. Entre otras medidas, construirá 18 nuevas fábricas de producción de chips.
De esta forma, China quiere sobreponerse a las sanciones impuestas por Estados Unidos, que rompen su cadena de suministro de chips para industrias como defensa o tecnología. Los avances son significativos, con la empresa SMIC como protagonista (cuota de mercado del 5 % mundial).
Además, China dejó claro a finales de 2023 que está dispuesto a movimientos drásticos para responder a las sanciones y dominar el sector. Así, en agosto dejó de exportar galio y germanio, dos minerales raros claves para la producción de semiconductores. China controla el 80 % y el 60 % de estos minerales, respectivamente.
China estudiará una ley de inteligencia artificial: ¿qué aspectos regularía?
Si hablamos de tecnología e innovación, debemos mirar a Japón y Corea del Sur. Los gobiernos y empresas de ambos países atraen la atención de grandes tecnológicas, que quieren tejer alianzas para comenzar a fabricar semiconductores y controlar el suministro de forma directa.
Es el caso de Meta. Mark Zuckerberg viajó en febrero a Japón y Corea del Sur para reunirse con altos representantes de los gobiernos y con empresas como Samsung Electronics. Se trataron temas relacionados con inteligencia artificial y la posibilidad de que la big tech fabrique su propio chip junto con especialistas locales.
Una ruta similar trazaron Sam Altman (OpenAI) y Jensen Huang (Nvidia).
Cabe señalar que Japón era el líder mundial en el sector de los chips en los años 80 (6 de las 10 principales empresas productoras eran niponas), pero hoy no alcanza el 10 % del mercado global. Su estrategia para recuperar terreno incluye bloquear exportaciones a China e invertir en empresas locales y estadounidenses en el país (por ejemplo, Micron).
El crecimiento de la economía india también abarca, como es lógico, el sector de los semiconductores. El país comenzará a producir chips en 2024, gracias a una fábrica que construirá la empresa estadounidense Micron. El Gobierno indio invertirá US$2.75 mil millones en el proyecto.
El potencial del mercado de India, país más poblado del mundo y quinta mayor economía del planeta, es inmenso. Así, Deloitte apunta que el sector de los chips superará los US$55,000 millones en el año 2026.
Su estrategia contempla atraer a los grandes actores del universo tecnológico para que produzcan sus chips en suelo indio. Empresas como Apple, Microsoft o Google ya están establecidas en el país.
La Unión Europea (UE) también quiere jugar un papel relevante en el desarrollo y suministro de semiconductores. Entre sus grandes proyectos destaca la construcción, por parte de la taiwanesa TSMC, de una fábrica en Dresden, Alemania. Las obras arrancan en 2024 y la planta comenzará a operar en 2027. Según informa El Confidencial, la inversión total será de €10,000 millones (50 % de Alemania, 35 % de TSMC y apoyo de la UE).
Con el objetivo de alcanzar el 20 % de la producción mundial para 2030, la UE aprobó la Ley Europea de Chips, que proveerá de €43,000 millones al desarrollo del sector. La meta es que la estrategia permita a Europa abastecerse de este elemento básico para la cuarta revolución industrial, rompiendo su dependencia de Asia o EE.UU.
La industria de los chips semiconductores no es un objetivo sólo para las principales potencias económicas. Países que juegan un papel relevante en términos de nearshoring pueden subirse a la ola para convertirse en un suministrador activo.
En su reciente rendición de cuentas, el presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, desveló que trabajan «con el Gobierno de Estados Unidos para incorporar la fabricación de semiconductores y alta tecnología a las capacidades de producción del país».
El avance generaría un importante valor añadido para RD en un entorno de inestabilidad global en el suministro de estos componentes.
Semanas antes del anuncio, en Empresas Más Admiradas Región Norte 2024, organizado por Mercado Events, el socio y office manager de McKinsey Santo Domingo Antonio Novas García apuntó a esa vía como una excelente opción. «La tecnología, especialmente la IA, acelerará la transformación en los negocios», señaló. «Por ejemplo, la industria de chips es una oportunidad par América Latina y RD».
Según afirmó Abinader, República Dominicana ya trabaja para aprovecharla.
Borja Santamaría
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