El fabricante de automóviles japonés Nissan se encuentra en una encrucijada crítica tras el colapso de las negociaciones de fusión con Honda, su rival nacional.
Este fracaso ha dejado a Nissan en una posición vulnerable, con una cartera de productos envejecida, ventas en declive y una lenta transición hacia los vehículos eléctricos (EV). Sin embargo, una nueva posibilidad se vislumbra en el horizonte: Foxconn, el gigante taiwanés conocido por fabricar productos como el iPhone de Apple, está considerando invertir en Nissan.
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Esta alianza podría ser clave para revitalizar a la compañía y asegurar su futuro en un mercado automotriz cada vez más competitivo.
Las conversaciones entre Nissan y Honda, anunciadas a finales de 2024, prometían crear una alianza capaz de competir con gigantes como Toyota y Volkswagen. Sin embargo, las negociaciones se estancaron debido a diferencias estratégicas y de control corporativo.
Honda, en una posición financiera más sólida, buscaba convertir a Nissan en una subsidiaria, algo que la segunda no estaba dispuesta a aceptar. Finalmente, el acuerdo colapsó cuando Honda presentó una oferta de «tómala o déjala», que Nissan rechazó por temor a perder su autonomía y su identidad.
El director ejecutivo de Nissan, Makoto Uchida, se reunió con su homólogo de Honda, Toshihiro Mibe, para formalizar el fin de las negociaciones.
Este fracaso ha dejado a Nissan en una posición precaria, con una producción de 3,1 millones de vehículos en 2024, un 8,4 % menos que el año anterior, y una caída en sus márgenes operativos.
En medio de esta crisis, Foxconn ha emergido como un posible salvavidas para Nissan. El fabricante taiwanés, conocido por su papel en la producción de dispositivos tecnológicos como el iPhone, ha estado expandiendo su presencia en la industria automotriz a través de su negocio de fabricación por contrato de vehículos eléctricos.
Foxconn ya ha desarrollado sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), unidades de control electrónico (ECU) y arquitecturas de vehículos definidos por software (SDV).
Lo cierto es que Foxconn está considerando invertir en Nissan, lo que podría proporcionar a la compañía japonesa acceso a tecnología avanzada y recursos financieros.
Esta alianza también permitiría a Foxconn consolidar su posición en el mercado de los vehículos eléctricos, un sector en el que ha enfrentado desafíos similares a los de Apple y Dyson al intentar persuadir a las marcas establecidas para que adopten su tecnología.
El futuro de Nissan no solo tiene implicaciones para la industria japonesa, sino también para la europea.
Renault, un accionista clave de Nissan, mantiene importantes participaciones cruzadas con la compañía, y cualquier cambio en la estrategia de Nissan podría afectar a su socio francés. Además, la alianza con Foxconn podría abrir nuevas oportunidades para Nissan en el mercado de los vehículos eléctricos, donde ha quedado rezagada frente a competidores como Tesla, BYD y Geely.
Honda, por su parte, no está exenta de desafíos. Aunque ha esquivado una fusión que podría haber sido complicada, la compañía también enfrenta presiones en su transición hacia los vehículos eléctricos.
Honda ya ha establecido una empresa conjunta con Sony para desarrollar el vehículo Afeela, que se espera llegue al mercado en 2025. Sin embargo, la competencia de fabricantes chinos como BYD, que están ganando terreno en mercados clave como el sudeste asiático, representa una amenaza creciente.
Cuando Nissan y Honda presenten sus resultados del tercer trimestre esta semana, se espera que las cifras reflejen el impacto de la separación. Según estimaciones de Bloomberg, Honda registrará un beneficio operativo de 2,700 millones de dólares, mientras que Nissan apenas alcanzará los 339.18 millones de dólares estadounidenses.
Para el año fiscal que termina en marzo, se pronostica que el ingreso operativo de Honda será de 9.55 mil millones de dólares , frente a los 856.18 millones de dólares de Nissan, muy por debajo de su proyección inicial de US $3.29 mil millones
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