El año pasado, al menos uno de cada 2 empleados en el mundo posponía demandar un aumento salarial para después de la pandemia. Según un estudio global de la plataforma de trabajo Stepstone, solo alrededor de una cuarta parte de la fuerza laboral activa ha tomado esta iniciativa en los últimos 12 meses, o declara aún quererlo hacer antes de finalizar el 2021. Para los analistas, incluso en tiempos económicamente difíciles, no debería ser un tabú entablar negociaciones salariales con los supervisores.
Además, no todas las empresas han experimentado una caída en sus ingresos en el último año. Entre los ganadores de la crisis se incluyen a las multinacionales de internet, a los supermercados, a las aplicaciones de entregas a domicilio, y a nichos como los juguetes sexuales. Por otro lado, las empresas deben intentar retener a sus buenos empleados. En el marco de la parálisis económica generalizada, el reclutamiento se ha tornado más difícil. El hecho de que el desempleo haya aumentado, no significa que será más fácil encontrar a un reemplazo.
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Se afirma que las empresas serían conscientes de que a quien hace un buen trabajo también se le debe pagar bien. Sin embargo, se deben tener consideraciones antes de solicitar un aumento salarial. Las negociaciones no suelen ser espontáneas, ya que es difícil saber si el superior jerárquico está teniendo un día bueno o malo. Lo ideal es solicitar una cita, o aprovechar un momento jovial. Los expertos aconsejan tratar el tema todos los años en empresas pequeñas, y cada 2 años en grandes corporaciones.
Prepare argumentos bien pensados que expliquen por qué debería ganar más dinero. El aumento del costo del alquiler, la diferencia salarial respecto de un colega, o las obligaciones crediticias no son buenas razones. Aborde la conversación como lo hizo en su entrevista de trabajo: ¿Por qué específicamente la empresa debería pagarle más salario? ¿Qué éxitos son atribuibles a usted? Para ello puede dar ejemplos: los nuevos clientes que ha atraído, o los precios de proveedores que ha logrado reducir.
El siguiente tema pendiente sería el monto del aumento salarial. Aunque se afirma que a cualquiera le gustaría tener $5,000 dólares adicionales netos en su cuenta a fin de mes, lo más adecuado es expresar los incrementos en porcentajes. Si la actividad sigue siendo la misma, el estándar interanual en circunstancias de inflación baja y constante es del 5%. Si su reclamo está vinculado a una promoción o a más responsabilidades, no debería expresar aspiraciones de más del 20% adicional.
Si finalmente se ha podido determinar que la organización aprecia sus logros, pero no está dispuesta a gastar más dinero en ellos, debería preguntar por alternativas no monetarias. Esto podría ser, por ejemplo, más días de vacaciones, becas de estudio o capacitaciones. Piense también en una perspectiva de autocrítica que le ayudará en su crecimiento personal: si su jefe no está de acuerdo con algo, y tal vez no lo ha estado en repetidas ocasiones, debería considerar sacar conclusiones de ello en lugar de seguir insistiendo en vano por un aumento salarial. (mov)
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