La historia de John Paul DeJoria es tan inspiradora como inverosímil. Un viaje desde las calles de Los Ángeles hasta las cimas del éxito empresarial, un cuento que parece sacado de una película de Hollywood… pero con un final mucho más feliz.
DeJoria no nació con un plato de plata en la boca. Su infancia estuvo marcada por la pobreza y la necesidad, experiencias que forjaron su carácter emprendedor y su tenacidad. A los 9 años ya vendía tarjetas navideñas para ayudar a su familia, y a los 17, tras un breve paso por un hogar de acogida, se alistó en la Marina.
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Su incursión en el mundo empresarial no fue precisamente convencional. Tras la Marina, DeJoria pasó por una serie de trabajos: conserje, vendedor de enciclopedias, e incluso vendedor de seguros. Sin embargo, fue en el mundo de los productos capilares donde encontró su verdadera vocación.
Su don para las ventas era innegable. Se convirtió en un vendedor estrella, pero su éxito tenía un precio: las empresas para las que trabajaba lo despedían constantemente, argumentando que su estilo no encajaba con el de la compañía.
Lejos de desanimarse, DeJoria vio en estos despidos una oportunidad. «Cuando la gente te despide por no ser la clase de jefe que ellos quieren, te hace desear ser tu propio jefe», afirma con su característico sarcasmo.
Y así nació John Paul Mitchell Systems. Junto a su amigo y colega John Mitchell, DeJoria reunió la nada despreciable suma de 700 dólares y fundó su propia empresa de productos para el cabello.
Los comienzos no fueron fáciles. La empresa tuvo que enfrentar altibajos, pero la tenacidad y el ingenio de DeJoria la llevaron al éxito. En solo dos años, John Paul Mitchell Systems superó el millón de dólares en ingresos, y hoy en día factura más de 1.200 millones de dólares y exporta sus productos a 87 países.
Pero DeJoria no se detuvo ahí. Su espíritu emprendedor lo llevó a diversificar sus inversiones, incursionando en sectores como el gas natural, las energías renovables, la venta online de diamantes e incluso en la propiedad de clubes nocturnos.
Su éxito más sonado llegó con la creación de Patron Spirits, una pequeña destilería de tequila que se convirtió en un fenómeno mundial. En 2003, Bacardi adquirió el 30% de la compañía, y en 2018, compró el 70% restante por la friolera de 5.1 mil millones de dólares.
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Hoy en día, John Paul DeJoria figura entre las mil personas más ricas del mundo, con un patrimonio estimado en 2.9 mil millones de dólares. Su historia es un recordatorio de que el éxito no es cuestión de suerte o de cuna, sino de trabajo duro, perseverancia y un toque de audacia.
De vendedor callejero a magnate empresarial, DeJoria ha demostrado que los sueños, incluso los más inverosímiles, pueden hacerse realidad. Es un ejemplo inspirador para todos aquellos que buscan alcanzar sus metas y dejar su huella en el mundo.
Ah, y por supuesto, no olvidemos el tequila. La próxima vez que disfrutes de un Patron, recuerda la historia de este hombre que supo convertir un trago en una fortuna.
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