En medio del panorama económico en todo el mundo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) presentó su informe de perspectivas sobre el crecimiento económico para el año 2024. El principal riesgo que identifica el FMI es la actual crisis inmobiliaria que se alza en China y sus posibles repercusiones.
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El FMI rebajó una décima su previsión de crecimiento anual para 2024. El pronóstico de crecimiento mundial para el 2023 se mantiene en 3 %, mientras que para el siguiente año, lo rebaja una décima, para ubicarse en el 2.9 %, considerando que el entorno de crecimiento es estable, pero lento.
La previsión de crecimiento económico para 2024 se ajusta al 2.9 %, de acuerdo con el FMI.
Este reporte está elaborado con la información recogida hasta el pasado 25 de septiembre, por lo que no incluye el impacto de la guerra en Israel, aunque el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, cree que es «muy pronto» para evaluar las consecuencias económicas del conflicto.
En 2023, la economía arrancó mejor de lo esperado gracias a la fortaleza del consumo estadounidense y la actividad en las grandes economías turísticas como Italia, México o España, ha avanzado en la corrección de la inflación y mantiene un mercado laboral «boyante» sin que los aumentos salariales alimenten una espiral inflacionista.
Sin embargo, pese a esta «notable resiliencia» para recuperarse de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis energética, Pierre-Olivier Gourinchas, advierte de que el crecimiento es bajo desde un punto de vista histórico y esconde unas divergencias crecientes entre unos países y otros.
El FMI ha mejorado su previsión para Estados Unidos tanto para 2023, un 2.1 %, como para 2024, en un 1.5 % debido a que las inversiones y el consumo se han comportado mejor de lo esperado.
Este impulso compensa las peores perspectivas de otras regiones, como la Zona Euro, cuya economía más afectada por la crisis energética y la guerra en Ucrania crecerá un 0.7 % en 2023 y un 1.2 % en 2024.
La Eurozona cuenta asimismo con sus propias divergencias: mientras Alemania experimentará una «pequeña contracción» del 0.5 % en 2023, España crecerá un 2.5 %; Francia, un 1 %, e Italia, un 0.7 %.
En cuanto a la región América Latina y el Caribe, los pronósticos del FMI se mantienen en 2.3 % tanto para el 2023 como para el 2024.
«La caída para 2023 refleja una normalización de crecimiento junto con el efecto de políticas más estrictas,
entorno externo más débil y menores precios de los productos básicos», explica el FMI en su reporte. Destaca la revisión al alza de Brasil para este 2023, impulsado por la agricultura, servicios y un fuerte consumo; para México, las revisiones también van al alza y apuntan a un 3.2 % de crecimiento.
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El economista en jefe del FMI precisó que las previsiones de crecimiento de China, que tendrá un crecimiento de 5 % para este 2023 y de 4.2 % para 2024, requiere que las autoridades actúen.
Gourinchas subrayó que la desaceleración de la economía china es algo «muy importante» porque un punto menos de crecimiento chino se traduce en 0.3 puntos menos de crecimiento global, una pérdida que «no es uniforme», sino que afecta especialmente a sus socios comerciales más estrechos.
Un eventual recrudecimiento de la crisis china se presenta como el principal riesgo para la economía global, seguido de la volatilidad de los precios de las materias primas en un entorno de fragmentación geoeconómica, una persistencia de los altos niveles de inflación y la escasez de márgenes presupuestarios.
Respecto a la inflación, el Fondo indica que ésta se moderará hasta el 6.9 % este año y el 5.8 % en 2024, gracias tanto al efecto del endurecimiento de la política monetaria como, sobre todo, a la depreciación de las materias primas.
Para consultar el informe completo, accede al siguiente enlace
